¿Por qué los terroristas logran colocar en el mercado el petróleo que acaparan?

Las instalaciones petrolíferas que controlan los terroristas del Estado Islámico (EI) son uno de los principales objetivos de los bombardeos de la alianza internacional que lidera Estados Unidos en Siria e Irak. La banda gana entre 75.000 y 1,5 millones de euros cada día solo de sus ventas de crudo y es la principal fuente de financiación del que se ha convertido en el grupo terrorista más poderoso de la historia.

El Estado Islámico saca provecho de unas redes de contrabando existentes desde hace años y se gana la complicidad de la problación local, a la que no deja del tood apartada de los beneficios de tan negro negocio.

Desde hace un par de décadas, cuando Irak estaba bajo embargo, hay todo un sistema de intermediarios y vías de comunicación alrededores de las refinerías clandestinas existentes el el Kurdistán y Turquía, informa el diario «Le Monde». El precio del barril de petróleo de los terroristas cuesta entre 16 y 47 euros pero su precio asciende en la cadena de intermediarios hasta los cien.

La población local se los compra directamente a 18 dólares el barril, según cifras de este diario citando al Observatorio Sirio de Derehcos Humanos.

Acabar con esa cadena de contactos entre los terroristas y los contrabandistas sería eliminar la posibilidad de los servicios secretos internacionales de obtener datos sobre el Estado Islámico. Los drones y los sistemas de vigilancia internacionales han detectado camiones cisterna de Irak o Turquía acudiendo a cargar a la refinería de Deir er Zor (Siria).

Los primeros ataques importantes por parte de la coalición internacional están complicando el acceso al petróleo de los terroristas, que, según «Le Monde», han presionado hacia el norte, en dirección a la frontera turca, para tratar de mantener abierta esa vía de comercialización.