Una deserción y un escándalo sexual empañan el comienzo del congreso Tory

Cameron presenta un programa de recortes del Estado de Bienestar para acabar con la cultura del subsidio

Una deserción y un escándalo sexual empañan el comienzo del congreso Tory afp

luis ventoso

Es difícil concebir un prolegómeno peor para el congreso de un partido político, una cita que en este caso era además muy importante para relanzar a David Cameron , cuando faltan solo ocho meses para las elecciones generales en el Reino Unido. El congreso de los tories en Birmingham empezó ayer y el aperitivo fue un doble trago de bilis en la tarde del sábado: el diputado conservador Mark Reckless dejó a los suyos para pasarse al UKIP , el partido eurófobo, y el ministro para la Sociedad Civil, Brooks Newmark, de 56 años, casado y padre de cinco hijos, se vio forzado a dimitir tras caer en la trampa de una periodista y enviarle fotos desnudo a través de WhatsApp.

«El comienzo no ha sido el ideal», reconocía Cameron en una entrevista matinal en la BBC . Y todavía le faltaba añadir la encuesta de «The Observer», que sitúa a su partido por detrás de los laboristas, que serían la fuerza más votada (34%), frente a un 32% de los tories, un 17% del fenómeno UKIP, 7% de los liberales de Clegg y 4% para los verdes.

De los dos golpes, sin duda el que preocupa en el Partido Conservador es la deserción de Recklees, que se presentó del brazo del populista líder de UKIP, Neil Farage , acusando a Cameron de incumplir todas las promesas que hizo cuando alcanzó la presidencia en 2010: «La gente se siente ignorada, da por sentado el exceso de impuestos, se siente demasiado regulada, estafada, engañada».

«Traidor y mentiroso»

Cameron calificó la fuga de su diputado -el segundo que se le escapa a UKIP- de decisión «sin sentido y contraproducente». Grant Shapps, el presidente del Partido Conservador, fue mucho más duro en la apertura de la convención y tildó a Recklees de «traidor» y «mentiroso». Para ridiculizarlo, reprodujo incluso un mensaje de su buzón de voz en el que hace solo 48 horas el tránsfuga le decía que estaría en Birmingham. Mientras tanto, Farage se frota las manos y asegura que espera también tránsfugas llegados de filas laboristas.

La bandera que quería enarbolar el Partido Conservador en este congreso es la de haber puesto la economía a funcionar. Además, han anunciado ya una reforma del Estado de Bienestar y planes para acabar con el paro juvenil, que van justo en la línea contraria de lo que se estila en la Europa continental: dando menos ayudas a los jóvenes para que salgan al mercado con más pundonor. En palabras de George Osborne, el ministro de Haciendal, se trata de hacer cambios para que «las personas no se queden atrapadas en la pobreza y la cultura de la dependencia».

Pérdida de subsidios

Entre otras medidas, proponen que los parados de 18 a 21 años que en seis meses no encuentren trabajo pierdan sus subsidios, salvo que acepten trabajar en proyectos comunales, como limpiar parques. También quieren reducir el tope de ayudas anuales que puede recibir una familia de 33.298 euros a 29.456 euros.

Para hacer frente a la UKIP, partido que amenaza la hegemonía tradicional de tories y laboristas, Cameron asegura que solo un gobierno conservador es garantía de que se celebrará el referéndum para la continuidad del Reino Unido en la UE, prometido para el 2017. El Partido Conservador tiene tres días para convencer al país de que votar UKIP es hacerle al caldo gordo a los laboristas. El miércoles será el discurso de cierre del premier.

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