La fallida carrera contrarreloj para liberar al primer rehén decapitado en Argelia
Unos 1.500 militares peinaron la Kabilia para dar con Hervé Gourdel, la última víctima occidental del odio yihadista
La Kabilia, región irredenta de mayoría bereber, es un bastión de los terroristas desde hace más de diez años. Es allí donde el pasado fin de semana el francés Hervé Gourdel fue capturado por el grupo autodenominado como los Soldados del Califato , una escisión de Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI) que ha jurado fidelidad al Estado Islámico (EI) y que de esta forma da su primer golpe.
Argelia se suma así a una nueva era de «terrorismo post-kamikazes» que ha caracterizado en los últimos años AQMI, ha señalado al diario «El Watan» el especialista Hamida Ayachi. Los Soldados del Califato, entiende este analista, han buscado un golpe mediático con la captura y posterior decapitación del europeo Gourdel.
El lunes los terroristas amenazaron con asesinar al rehén si Francia no se desvinculaba de la alianza internacional que bombardea posiciones del EI. Daban entonces 24 horas de plazo para su ejecución, pero el Gobierno de París, al menos en público, se mostró decidido a no ceder.
Conocido terrorista
El Gobierno de Argel había desplegado unos 1.500 militares para peinar la zona y tratar de liberar al rehén, un viajero y guía de montaña de 55 años, informa France Presse. En concreto, las tropas centraron sus esfuerzos en un cruce de carreteras del entorno del Parque Nacional de Djurdjura entre Tizi Nkouilal y Aswel.
Se trata de una zona de acceso complicado que requiere la presencia de las tropas de elite y efectivos de la lucha antiterrorista. Detrás del secuestro estaría Abdelmalek Gouri, alias Khaled Abu Selmane, un ex hombre fuerte del jefe de AQMI, el argelino Abdelmalek Drouddel.
Las autoridades del país magrebí responsabilizan a Gouri, de 37 años, de graves ataques terroristas. El último costó la vida a once militares el pasado mes de abril en Iboudrarène, cerca de donde Gourdel fue secuestrado. «Por grave que sea la situación, no cederemos a ningún chantaje», ha asegurado el presidente francés, François Hollande.
