El Rey español que se convirtió en rana: una historia entre el humor y la tragedia

En su monólogo 'Felipe V: el Rey que nos salió rana', David Botello cuenta el viaje hacia las tinieblas que vivió la mente del primer Borbón en reinar en España

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Caricatura del Rey Felipe V con la que promociona David Botello su monólogo.
César Cervera

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A David Botello, el rostro más televisivo de la divulgación histórica, no le tiembla la mano al mezclar cosas que parecen irreconciliables. No porque le ponga piña a la pizza o moje los churros en el refresco, sino porque se presenta sobre un escenario con una apuesta arriesgada y llena de chascarrillos. En su monólogo 'Felipe V: el Rey que nos salió rana', que representa este viernes y el próximo en los Teatros Luchana, une humor con tragedia, historia con comedia y rigor con arte para relatar, a su manera, el accidentado desembarco del primer Monarca Borbón en España.

«En ese equilibrio entre la comedia y la tragedia tenemos los españoles un gran maestro llamado Cervantes. En el 'Quijote' consigue escribir una comedia que, al mismo tiempo, muchas veces se convierte en una gran tragedia. Y por algo en el monólogo digo que Felipe V es el más quijotesco de nuestros reyes, entre otras cosas por esa etapa sevillana en la que incluso empezó a tener alucinaciones muy serias», explica Botello, que lleva desde el año 2015 dedicándose a divulgar la historia en formatos televisivos como 'El punto sobre la historia' (Telemadrid), en la radio con 'La historia en ruta' (Cadena SER) o a través de media docena de libros de historia.

La tragicomedia en cuestión es el extraño comportamiento que Felipe V mostró desde su primer día en España. Llegó al país como un adolescente de una timidez extrema, incapaz de asistir a sus propios consejos de ministros, y cuando finalmente se abrió lo que apareció fue una persona con graves problemas mentales que por momentos veía fantasmas y en otros, se creía una rana. «Se trata de un Rey muy desconocido que, sin embargo, ocupó un papel muy importante en la historia de España. Llegó con melancolía, que era una forma de llamar a la depresión, y a partir de la Guerra de Sucesión desarrolló una bipolaridad con episodios muy sorprendentes como que de la noche a la mañana no sentía las extremidades o pensaba que se le iba a caer la cabeza», asegura Botella sobre el punto de partida de su texto.

A partir de la muerte de su primera esposa, María Luisa Gabriela de Saboya, el Rey desarrolló nuevas psicosis y trastornos que convirtieron la corte en un disparate. «Un día se obsesionó con que el sol le había atacado y otro de que estaba muerto y debía ser enterrado. Convencido de que su esposa había sido víctima de un maleficio, decidió no cambiarse de ropa durante varios años, de modo que iba hecho jirones y dejando al aire sus vergüenzas», esboza el autor de 'Felipe V: el Rey que nos salió rana' sobre algunos de los temas que trata en su obra.

No conforme con el resultado, el Rey dejó de cortarse el pelo, de lavarse, de cortarse las uñas y empezó a recibir a la gente en la cama. «El mal olor era muy famoso. Hay varias cartas que comentan que que muchos de los que estaban cerca de Felipe tenían que salirse de la habitación para no vomitar», apunta.

Imagen - «Hay varias cartas que comentan que que muchos de los que estaban cerca de Felipe tenían que salirse de la habitación para no vomitar»

«Hay varias cartas que comentan que que muchos de los que estaban cerca de Felipe tenían que salirse de la habitación para no vomitar»

Existen pocos antecedentes de un monólogo de divulgación histórica al estilo del de Botello, que no le hace feos a lo de jugar sobre las tablas. Lo más parecido son las piezas del actor Rafael Álvarez 'El brujo' o los monólogos históricos como los que Concha Velasco hizo de Juana la Loca, pero sin llegar al estilo tan particular de su texto. «Aprovecho una historia muy potente para divulgarla y, al mismo tiempo, hacer que la gente pase un buen rato. Sí, es un experimento, queremos ver qué tal funciona», sostiene el actor sobre las muchas posibilidades de divulgar también a través del teatro de «una forma más desenfadada».

El interés por la historia de España, ya sea en nuevos espectáculos, rutas turísticas, libros, programas de televisión y radio, no deja de crecer cada día. Botello, que forma parte de este éxito desde 2015, advierte de las últimas barreras que separan a los españoles de abrazar plenamente su historia sin mitos ni tópicos. «Hay gente cada vez más interesada en la historia, pero también los hay con más reparos por culpa de quienes no la hacen atractiva. Soy muy fan de los profesores de Historia porque creo que tienen un trabajo muy difícil con los adolescentes, pero el método de trabajo, el programa que tienen, es muy complicado. A través de las anécdotas entra mejor que ciñéndose a esos programas tan rigurosos y tan extensos. Todavía hay que trabajar en eso», defiende.

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