La violación que convirtió a Artemisia Gentileschi en el icono del feminismo en los años 70

La pintora romana del Barroco italiano fue víctima de una agresión sexual que canalizó a través del arte plasmando en su pintura heroínas bíblicas

Auterretrato de Artemisia Gentileschi C.C
Eugenia Miras

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La Historia permite no olvidar, y por lo tanto llevamos tatuada en la memoria la crueldad que ha caracterizado a nuestra especie. Y es a través de la virtud del pasado como podemos crear una nueva conciencia y respeto.

Desde la aparición del primer homínido la mujer ha tenido que lidiar con infinitos monstruos ; y aunque las violaciones documentadas son pocas -dado a la naturalidad con la que se veían durante el transcurrir de los siglos- el fuerte despegue del feminismo en la década de los años 70 rescataría la ilustre figura de la pintora del Barroco italiano , Artemisia Gentileschi.

A la edad de 18 años Artemisia fue víctima de una violación ; y por miedo y vergüenza -como otras miles- no acudiría a los tribunales a denunciar a su agresor, el pintor Agostino Tassi , hasta un año después. Y por si no bastara el sufrimiento de la joven, la «justicia» aún se atrevió a cuestionar la versión de Gentileschi.

La rabia, la impotencia y aquel desgarro comenzarían a forjar un nuevo ser humano que se entregaría a la creación de grandes obras maestras

Aunque finalmente fue condenado el 27 de noviembre de 1612, el castigo fue ridículo en comparación con la pena eterna que cargaría Artemisia sobre sus espaldas. A aquella bestia humana –por llamarlo de alguna manera- se le dio la posibilidad de escoger, bien entre cinco años de trabajos forzados , o bien el exilio –lo que para él sería un nuevo amanecer-. Siendo así, el pintor quedó en libertad sin asumir ninguna responsabilidad sobre sus actos.

Judith y Holofernes C.C

Por otro lado estaba una mujer destruida con el corazón en un puño, y sin poder reclamar la dignidad robada . De esta manera, la joven pintora comenzaría a canalizar su dolor a través de las artes plásticas. La rabia, la impotencia y aquel desgarro comenzarían a forjar un nuevo ser humano que se entregaría a la creación de grandes obras maestras ; y de las que le sería despojada la autoría de muchas.

«Judith y Holofernes» -una escena bíblica que plasmaría en diferentes ocasiones-, y otras tantas pinturas se convirtieron en la justicia no consumada que Artemisia manifestó en sus lienzos. A través de su pintura se enfrentaría a la injusticia social, siendo la primera mujer en pisar la Academia de Bellas Artes de Florencia; mientras le daba cuerpo con sus pinceles a las mujeres del Antiguo Testamento, retratando verdaderos calvarios para los abusadores.

El foráneo que profanó la casa del padre

A principios del siglo XVII Roma vivía un gran apogeo en la artes , y gracias a ello también surgían nuevas oportunidades para darse a conocer los nuevos talentos. Durante ese periodo Agostino Tassi , un pintor paisajista, abandonaría su casa en busca de la buenaventura en la ciudad.

El invitado profanó la casa del padre, arremetiendo contra el cuerpo de la joven; para dejarle arrastrando de por vida ese sentimiento de culpabilidad y vergüenza.

Tanto él como el padre de Artemisia, el también pintor Orazio Gentileschi , fueron contratados para realizar los frescos del Casino de las Musa s, en el Pallavicini Rospigliosi. Los días compartidos estrecharon la relación entre ambos pintores; y como muestra de la buena voluntad del padre, le abrió inocentemente las puertas de su casa.

La relación entre ambos profesionales se estrechó, e inocentemente Orazio le abrió al foráneo las puertas de su hogar; para acogerle en la familia Gentileschi.

Sin embargo, su bondad no sirvió para mermar la miseria humana de Tassi; y en un descuido tomó a Artemisia por la fuerza, y la despojó de toda su voluntad . El invitado profanó la casa del padre, arremetiendo contra el cuerpo de la joven; para dejarle arrastrando de por vida ese sentimiento de culpabilidad y vergüenza.

«Competición de cucaña en el Capitolio», Agostino Tassi 1630

«Cerró con llave la habitación y después me tiró sobre la cama, inmovilizándome con una mano sobre el pecho y poniéndome una rodilla entre los muslos para que no pudiera cerrarlos y me levantó las ropas», había confesado Artemisia.

Cuando la víctima reunió las fuerzas para acusar al agresor , ya había pasado un año. Desgraciadamente tanto la justicia como la opinión pública descartaron el abuso ; y se llegó a especular que la joven sí había dado su consentimiento. Y aunque al final se le declaró culpable, no se le impuso ninguna pena con la que el violador pudiese escarmentar; si no que quedó revoloteando libre en el exilio.

Artemisia fue la primera mujer en entrar en la Academia de Bellas Artes de Florencia. Su obra se convertiría en la primera reivindicación femenina; donde solo existían heroínas dueñas de su voluntad, de la justicia y de su destino.

La resolución del padre fue casarla con otro sujeto para devolverle la honra ante la mirada de Roma. Así que, dos días después del injusto juicio Artemisia contrajo nupcias con Pierantonio Stiattessi , otro pintor originario de Florencia ; y hacia donde encaminarían su nueva vida.

La mujer que pintó las victorias femeninas

En la Roma barroca nada era seguro para un pintor, ni siquiera la vida misma; cuando las intrigas sacudían por las espaldas a los distintos creadores.

«Susana y los viejos» Artemisia Gentileschi C.C

«Roma era una ciudad llena de oportunidades, pero en la que la rivalidad, la codicia y hasta el odio entre artistas, intermediarios y patronos acababa a menudo con los huesos de unos y otros en las cárceles, las galeras o incluso las tumbas» relató Ángeles Caso en su libro «Las olvidadas».

Sin embargo, su determinación la convirtió en la pintora más prodigiosa de su tiempo y mucho después; siendo la primera talentosa en entrar en la Academia de Bellas Artes de Florencia . Su fuerte personalidad le permitió transformar su dolor en las más bellas creaciones plásticas; plasmando la ascensión de la mujer en la pintura a un primer plano. Donde sólo existían heroínas dueñas de su voluntad, de la justicia y de su destino ; lo que significaría la primera reivindicación femenina pictórica sobre aquella tierra de hombres injustos y perversos.

Feminismo de los años 70, la justicia tardía

El contexto social de la época, veía con malos ojos la participación femenina en las artes . De esta manera, muchos de los cuadros de Artemisia -como otras autoras- han sido atribuidos a otros pintores de su entorno. En este caso una innumerable obra de la pintora fue asociada a su padre Orazio Gentileschi .

No obstante, con el bendito despegue feminista de los años 70 , se comenzaría a desvelar por fin la verdad que llevaba tantos siglos oculta; para devolverle así la autoría y dignidad a las virtuosas del arte ya sepultadas.

El rescate de la obra de Artemisia Gentileschi por parte del feminismo de los 70 permitió hacer justicia a las artistas olvidadas y todas las víctimas sexuale

«Tan sólo desde la década de 1970, una cada vez más activa historiografía feminista ha puesto en marcha un ingente proceso de búsqueda de documentación y datos fiables sobre esas creadoras y de revisión de innumerables autorías» escribió Angeles Caso.

Gracias al rescate de su obra , se hizo justicia -aunque tardía- para cada una de esas mujeres a las gentes como las leyes abandonaron.

La obra de esta autora del Barroco italiano, inspiró a la feministas de los años 70 . Cuyas heroínas protagonizando los lienzos conectan con los deseos más profundos de las víctimas de agresiones sexuales.

La violación que convirtió a Artemisia Gentileschi en el icono del feminismo en los años 70

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