Ni Spotify ni internet: la casete pirata ya puso en «peligro de muerte» a la industria musical en 1982
Ese año se vendieron más de 270 millones de cintas en todo el mundo, lo cual supuso unas pérdidas de 100.000 millones de dólares en todo el mundo
En enero de este año, la asociación Promusicae lanzaba su resumen anual con los datos de la industria discográfica de 2018, en el que revelaba que el streaming supone ya el 90% de los ingresos digitales del sector. A lo largo de la última década ya nos habíamos acostumbrado a titulares como estos dos de ABC: « La venta de música en España cayó un 17% en 2009 » o « La venta de música grabada continuó su desplome en 2012 ».
El mismo día se producía una filtración aún más sorprendente, que eclipsaba incluso a las cifras dadas por Promusicae: únicamente basta con despachar 47 discos físicos para entrar en el Top100 semanal de ventas. Este documento demostraba que la entrega de Discos de Oro no es del todo honesta en una industria musical herida desde la entrada de internet. Tal como ha informaba «Jenesaispop» , Manuel Carrasco aparecía en el puesto número 2 con 91.142 ventas acumuladas de «La cruz del mapa» y, sin embrago, el mismo disco está certificado como triple platino (120.000 copias distribuidas).
Tal era la crisis que se había generado en la industria musical desde finales de la década pasada que, en 2014, todo el sector se alegró de que, por primera vez, las ventas mundiales de música en formato digital superaran al soporte físico. Y, de hecho, las descargas gratuitas e ilegales de internet han ido dando paso a las legales a través de plataformas como Spotify. De hecho, la macroencuesta sobre hábitos y prácticas culturales de los españoles presentada en septiembre por el Ministerio de Cultura señala que, mientras el 52% de los encuestados tiene alguna suscripción a plataformas, las descargas gratuitas en la Red se han reducido desde 2015 del 18,3% al 5,1%, en el caso de la música.
Aún así, la venta de discos en las tiendas sigue cayendo en picado y la digital no crece como se espera. Pero tenemos la memoria muy corta, porque mucho antes de que internet entrara en nuestras vidas, la piratería en España ya se había convertido en un problema «muy serio» que ponía «en grave riesgo la continuidad del sector fonovideográfico y de todos aquellos que colaboran y trabajan en él». Esa era la conclusión a la que llegó, hace más de 30 años, el primer informe elaborado por la Asociación Fonográfica y Videográfica Española (AFYVE), en relación al fenómeno de las casetes piratas . Es decir, las de toda la vida, las que se rebobinaban con un bolígrafo para ahorrar pilas.
El estudio, del que se hizo eco ABC , ponía de manifiesto como las casetes grabadas de manera ilegal que se difundían sin autorización estaban poniendo «en peligro de muerte a la industria» musical española. En aquella batalla de finales de los 70 y principios de los 80 tampoco había tregua, ya que la evolución del problema había alcanzado cifras alarmantes.
Entre 1982 y 1984, el número de casetes originales vendidas en España se redujo en un 50%, pasando de los 21 millones a los 11 millones de unidades. Al mismo tiempo, las casetes piratas compradas por los aficionados en muchos mercadillos aumentaban desde los dos hasta los 12 millones, es decir, un 600% más.
Un 32% menos
Estos porcentajes son muy superiores a los que se produjeron, entre 2000 y 2005, a raíz del aumento de las descargas gratuitas en internet. Durante esos cinco años, la venta de discos en España descendió un 32%, un total de 18 puntos porcentuales menos que la cifra de casetes señalada.
Según las estimaciones del informe de la AFYVE de 1985 –que en aquella época mantenía una estrecha colaboración con la SGAE –, la venta legal de los 12 millones de casetes piratas vendidas entre 1982 y 1984 habría generado unas pérdidas para a industria discográfica de 4.800 millones de pesetas. Una cifra desorbitada para la época que hizo «desplomarse el mercado legal, poniendo a las compañías en una situación límite».
Las «víctimas» de aquellas perdidas, según la asociación, eran los autores, editores, compositores, músicos, artistas, productores e, incluso, el mismo Gobierno español. Según AFYVE, las arcas públicas dejaron de ingresar entre 1.500 y 2.000 millones de pesetas de impuestos en 1984, a causa de estas ventas ilegales.
270 millones de cintas piratas
El problema que generaba a la industria musical aquellas cintas pirata –«ofrecidas al consumidor reproduciendo lo mejor posible, en su aspecto gráfico y eterno, la presentación de la grabación original, cuya copia no autorizada e ilegal contenía», decía ABC–, ya había sido tratado por este diario en su edición del 12 de marzo de 1978 . En aquel artículo se denominaba a la casete, «por la facilidad de difusión de su técnica», un poderoso medio para «infringir los derechos de autor , ya que se reproducen y difunden fácilmente y se comercializan obras musicales, sustrayendo el beneficio económico no sólo al autor, sino al productor fonográfico».
A escala mundial, la piratería también se había convertido en la pesadilla de la industria de la música grabada. Según un informe de la Federación Internacional de Productores de Fonogramas y Videogramas (IFPI), en 1982 se vendieron más de 270 millones de unidades piratas en todo el mundo, lo cual supuso una pérdida de ingresos próximos a los 100.000 millones de dólares.
De aquella crisis, las discográficas salieron vivas y siguieron enriqueciéndose. Hoy, sin embargo, en medio de una guerra que en España vivió tiempos convulsos con la famosa Ley Sinde y el cierre de muchas páginas web de descarga, la industria discográfica se mantiene a flote con las ventas digitales legales a través de las diferentes plataformas, y el descenso de las descargas ilegales. Surgiendo, al tiempo, la precariedad de los músicos: «Los músicos hemos sido muy tontos. Spotify te ofrece prácticamente todo el catálogo mundial de discos por 9,99 euros al mes, es decir, lo que vale una copa. No creo que haya nada parecido ni en la industria editorial ni cinematográfica. ¿Por qué pasa esto con la música?», contaba el grupo Forastero a ABC en 2017 .
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