Caso Manises

El misterio del ovni de Manises: ¿qué eran las «luces rojas» que desafiaron a un caza español?

El 11 de noviembre de 1978, un avión de pasajeros «Super Caravelle» se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en Manises (Valencia) tras verse acosado por unas extrañas luces rojas. El caso, que ha cautivado a los amantes del misterio durante décadas, sigue hoy rodeado de intrigas

Ilustración sobre el suceso publicada en 1980 en ABC
Manuel P. Villatoro

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El hecho tardó casi dos días en dar el salto a la prensa. El 13 de noviembre de 1979, el diario ABC llevó hasta sus últimas páginas una noticia que, pocos se imaginaban, abriría la caja de Pandora. «Aterrizaje de emergencia de un avión a causa de un ovni» . Increíble, pero cierto. Un «Super Caravelle» (en la práctica, un turborreactor con capacidad para 109 pasajeros) de la compañía TAE -Trabajos Aéreos y Enlaces- se había visto obligado a desviar su rumbo tras toparse con dos grandes luces rojas y a tomar tierra en el aeropuerto de Manises , ubicado en Valencia .

La escena no acabó en ese punto. Mientras el «Super Caravelle» se posaba sobre la campiña valenciana, despegó desde Albacete un caza en misión de «Scramble» (identificación e interceptación del objetivo en cuestión). El aparato se dio de bruces con las luces, pero, como bien explicó el reportero de ABC en la zona, A. Semprún Guillén , no pudo detenerlo: «Un Mirage F-1 de reconocimiento de 141 Escuadrón del Ejército del Aire intentó la interceptación del ovni varias veces. Sin embargo, el desconocido aparato se mantuvo siempre a distancia del caza militar, a pesar de que este tipo de aviones pueden alcanzar 2.300 kilómetros por hora».

Noticia del 13 de noviembre de 1978 sobre el aterrizaje ABC

Ya con el avión de pasajeros en tierra, el periodista de ABC hizo una pregunta obligada, aunque incisiva, al comandante del «Super Caravelle», Francisco Javier Lerdo de Tejada . «¿Cree usted haber visto un platillo volante?». La contestación no fue igual de tajante. «No puedo responderle. Si yo supiera cómo son esos “platillos” le diría si se trataba de uno de ellos o no». Y añadió: «Sólo se que era un aparato endiabladamente veloz y con una capacidad de maniobra asombrosa». Así comenzó el conocido como «Caso Manises» , un enigma cuya investigación llegó hasta el Congreso de los Diputados tras desatar la locura ovni en la península y que, todavía hoy, sigue sin respuesta.

¿Qué es lo que los implicados vieron aquella noche del 11 de noviembre de 1979? Teorías existen muchas, así como expertos que han intentado aportar luz sobre este suceso. David Cuevas , periodista, investigador y autor de varias obras como «Ella sonrió para que tu no llores» no descarta, tras haber estudiado el suceso, que se tratara de algún tipo de ensayo militar organizado por los americanos. Aunque lo que no niega, después de entrevistar al piloto del Mirage F-1, es que aquellas luces existieron . Y así lo confirma a ABC.

El periodista, escritor e investigador Manuel Carballal (director de elojocritico.info y autor de «La vida secreta de Carlos Castaneda») corrobora esa misma idea. En declaraciones a ABC, el autor (que también ha entrevistado a varios personajes involucrados en el suceso) sostiene que «no podemos obviar la presencia de la VI flota» norteamericana «en el Mediterraneo» por entonces. Así como tampoco deberíamos olvidar «que los americanos a España siempre nos consideraron un campo de experimentación». «Te podría poner muchos ejemplos vergonzantes de supuestos ovnis que han resultado ser maniobras militares americanas en cielo y suelo español», señala.

Carballal, por su parte, también sostiene que Lerdo de Tejada tuvo que ver algo extraño en el cielo para ordenar un aterrizaje de emergencia. Fuera lo que fuese. «Según me explicó la familia de Lerdo de Tejada, este había sido piloto de combate en Africa y había aterrizado mas de una vez con agujeros de bala en avión. No era un tipo fácil de asustar», incide.

PUEDES LEER LAS ENTREVISTA A DAVID CUEVAS Y MANUEL CARBALLAL AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO

Curioso caso

Vayamos por partes. Esta extraña historia comenzó el 11 de noviembre de 1979, con un país zambullido de lleno en la democracia tras la llegada, un año antes, de la Constitución. Esa noche, el comandante Lerdo de Tejada hizo despegar su avión con su segundo y copiloto, Ramón Zuazu , a su lado. Salieron del aeropuerto de Palma de Mallorca , donde habían hecho escala desde Salzburgo (Austria), con el objetivo de tocar tierra en Santa Cruz de Tenerife horas después. Una noche normal para ellos, para la tripulación y para el pasaje. Así recordó, en declaraciones a ABC, el piloto aquellos primeros momentos:

«Habíamos despegado del aeropuerto de Palma de Mallorca a las 23,47 (hora local) con el avión en perfectas condiciones de vuelo. Mi número de vuelo era el 297 de TAE, y la ruta Mallorca-Tenerife-Las Palmas . A bordo viajaban 109 turistas procedentes de Salzburgo (Austria), cuatro tripulantes y un piloto, que ocupaba un asiento de la cabina de vuelo para hacerse cargo de otro aparato tras nuestra llegada a Canarias».

«En pleno ascenso vi dos luces rojas, situadas en paralelo, de una intensidad tan enorme que ocultaban a la vista el aparato»

El viaje transcurrió como se esperaba, a velocidad de crucero de unos 800 kilómetros por hora. Al menos, hasta que sobrevolaron Ibiza . Cuando el reloj marcó las 23:03, Lerdo de Tejada recibió una llamada desde el control de vuelo de Barcelona . «Me comunicaron la existencia de una señal de radio de socorro náutico de una frecuencia de 121,5 megaciclos, situada a unas cuarenta millas al oeste de Valencia». No era nueva para él. Ya la había captado antes, aunque no había podido identificarla porque no emitía código alguno. Como ellos, también la recibieron en Madrid y el vuelo de Iberia IB-231 . Literalmente cinco minutos después comenzó la fiesta:

«A las 23,08 (hora local) inicié una subida, según el plan de vuelo, de 23.000 a 33.000 pies de altitud. En pleno ascenso vi dos luces rojas, situadas en paralelo, de una intensidad tan enorme que ocultaban a la vista el aparato, o lo que fuese, en el que debían ir instaladas, y que seguían una trayectoria de colisión con nosotros. Se desplazaban a una velocidad endiablada, desconocida en cualquier avión convencional, y se detuvieron instantáneamente a muy poca distancia del Caravelle».

En el gráfico, trayectoria del avión de la T.A.E. y del ovni que dio lugar a que saliera de la base de Los Llanos (Albacete) un caza F1 ABC, publicado en 1978

Todos los tripulantes coincidieron en que la cabina se llenó de un resplandor rojizo provocado por aquellas luces y en que vieron una figura que se desplazaba en todas direcciones, «siempre siguiendo la ruta del avión», en palabras del reportero de ABC. Lerdo de Tejada intentó entonces separar el «Super Caravelle» de lo que diantres fuera aquello, pero no lo logró. Ese raro juego de gato y ratón duró varios minutos. Tiempo suficiente para que los pasajeros comenzaran a hacerse preguntas sobre lo que allí acontecía. Una vez más, Lerdo de Tejada explicó, de forma pormenorizada, el suceso al reportero:

«Estuvo jugando con nosotros cerca de diez minutos, sin que yo pudiera hacer nada por quitármelo de encima. Comuniqué él contacto visual al control de Barcelona, que al no recibir nada en su pantalla de radar pasó el avisó al mando de Defensa Aérea. En un momento dudo, el ovni inició una nueva trayectoria de colisión, mucho más precisa que la anterior, y yo respondí con una maniobra de semiemergencia, que supuso un violento quiebro a la derecha, acompañado de un descenso muy rápido de 29.000 a 15.000 pies».

«Estuvo jugando con nosotros cerca de diez minutos, sin que yo pudiera hacer nada por quitármelo de encima»

Según Suazo, que también corroboró lo sucedido a los medios de comunicación locales, el comandante solicitó permiso para aterrizar en la pista de Manises «por persecución de aeronave desconocida con riesgo de colisión» . Aunque subrayó que «no notaron nada técnicamente», si confirmó que había distinguido «dos luces rojas que se aproximaban a nosotros desde el cielo» mientras se movían de una forma para nada convencional. «No se distinguía nada más», señaló a la emisora RTVE de Valencia una vez a salvo, en tierra. Lo único que la tripulación, y el segundo, tenían claro es que «ese cacharro la había tomado con nosotros».

Hacia el objetivo

Pero la historia estaba lejos de terminar. Mientras el vuelo de TAE descendía, desde la Base Aérea de los Llanos, en Albacete, despegó un Mirage F-1 pilotado por el capitán Fernando Cámara . Sus órdenes: interceptar e identificar al aparato (o los aparatos) que despedían aquellas luces. Tal y como desveló el militar en declaraciones exclusivas a «El Digital de Albacete» hace algunos años, aquella misión no le pareció extraña, pues era habitual llevar a cabo labores de «policía aérea» en la zona. De hecho, estaban preparados para ello. Aunque, eso sí, corroboró que «fue la primera y única vez que tuvo que hacer un "scramble" para interceptar un ovni».

El periodista David Cuevas , investigador del caso y autor, entre otras obras, de la nueva «Ella sonrió para que tú no llores» , pudo realizar varias preguntas a Cámara para el programa «El centinela del misterio» mientras era entrevistado por Carlos Bustos . Según explica a ABC, el piloto le confirmó que «salió de la base de Los Llanos (Albacete) para tratar de interceptar aquellas luces rojas que hicieron al “Super Caravelle” de la TAE aterrizar de emergencia en Manises». Tras localizar los destellos (él solo vio uno), «lo persiguió durante más de una hora»

«Cámara, entonces capitán, declaró algunos datos nuevos en el programa de radio 'El Centinela del Misterio', en el que, estando yo presente durante la entrevista, nos explicaba como, cuando aceleró para tratar de acercarse a aquel tráfico aéreo no identificado, a unos 20.000 pies y a velocidad 1,7 match, llegó a ver durante unos segundos como aquella luz tomaba forma de una suerte de copa invertida sin la base y transparente. Cambiaba de color, rojo, amarillo, azul... Y llegó incluso a escuchar una interferencia auditiva durante varias frecuencias, que era un sonido pulsante, como si fuera una baliza de emergencia. Según él, aquel OVNI interceptaba todos los canales», completa a ABC Cuevas.

Hasta aquí, el «Caso Manises». El suceso, que podría haber desaparecido entre el habitual papeleo, causó tanto revuelo que fue llevado al Congreso de los Diputados un año después. En ABC, el famoso J. J. Benítez escribió cuatro páginas desvelando sus investigaciones. El Partido Socialista, y para ser más concretos, Enrique Múgica , pidió explicaciones sobre el suceso. Con todo, la única respuesta que obtuvo fueron más y más interrogantes. Proliferaron las tesis, cada una más alocada que la anterior, para explicar lo acontecido. Por descontado, los seguidores del fenómeno ovni forjaron la suya. Una buena parte de los pasajeros, por su parte, se limitaron a firmar un escrito en el que confirmaban que todo había sido por culpa de un fallo mecánico.

¿Qué sucedió?

Cuevas es partidario de que no podemos saber qué sucedió aquel día. Con todo, confirma a ABC que las luces que vieron sendos pilotos podrían tratarse de un ensayo realizado por los norteamericanos. «Debido a mis indagaciones sobre un avistamiento similar ocurrido seis días después, no me atrevería a descartar que se tratase de algún tipo de ejercicio militar no oficial por parte de los americanos afincados en España. ¿Guerra electrónica? Quien sabe. Lo que está claro es que era un ovni (objeto volador no identificado)», desvela a este diario.

Aunque, en sus palabras, la versión oficial, la esgrimida por el Ministerio de Defensa, es que «los objetos eran de naturaleza desconocida, pero que quizá se tratasen de ilusiones ópticas de los propios pilotos ».

Manuel Carballal: «No podemos obviar la presencia de americanos»

-Más allá de la versión ufológica... ¿qué pudo suceder?, ¿qué posibilidades existen?

Casualmente hace solo unos días volví a charlar con Fernando Cámara, el piloto del Mirage F1 que estuvo persiguiendo el OVNI. Y Cámara se mantiene en la misma versión que me dio hace más de 30 años. Que aquello no era nada identificable. Sin embargo no podemos obviar la presencia de la VI flota en el Mediterráneo. Y que los americanos a España siempre nos consideraron un campo de experimentación. Te podría poner muchos ejemplos vergonzantes de supuestos ovnis que han resultado ser maniobras militares americanas en cielo y suelo español.

Otros colegas sugieren que los pilotos civiles y militares simplemente confundieron con un ovni las chimeneas de escombreras. Pero a mi eso me parece una falta de respeto. Tan disparatado como la afirmación, de los autodenominados escépticos, de que todo fue una maniobra para ayudar a escapar de España a uno de los asesinos de los abogados de Atocha, hermano de Lerdo de Tejada, el piloto del avión civil. Según me explicó la familia de Lerdo de Tejada, este había sido piloto de combate en Africa y había aterrizado mas de una vez con agujeros de bala en avión. No era un tipo fácil de asustar

-¿Se investigó el suceso por parte del Ejército y del Ministerio de Defensa?

Por supuesto. Siempre se ha dicho que el Caso Manises motivó la primera interpelación parlamentaria por un caso OVNI de la mano de Enrique Múgica (el PSOE estaba en la oposición) al gobierno de Adolfo Suárez. Pero no es exacto. Hubo una anterior en el Senado por iniciativa de senador de UCD canario Federico Padrón, a raíz del mismo caso. Múgica llevó el tema al congreso al año siguiente. Así que, ante esta dimensión política de los ovnis (más tarde habría interpelaciones del PP, UPyD, Izquierda Unida, etc, por otros casos OVNI), es fácil comprender que Defensa se lo tomó muy en serio. La invasión del Espacio Aéreo español por tráficos no identificados -sean marroquíes o marcianos- no es una broma.

-¿Qué cree usted que ocurrió?

Lo que ha ocurrido miles de veces. El caso Manises no es extraordinario. Llevo más de 35 años recopilando incidentes similares protagonizados por pilotos, controladores y radaristas de todo el mundo. He reunido más de 1500 casos como el de Manises. Y nos guste o no, con cierta frecuencia los profesionales más cualificados para identificar cualquier objeto volador se encuentran con intrusiones en nuestro espacio aéreo de fenómenos no identificados. En España, el primer caso que he documentado es de 1954. Y entre los pilotos militares protagonistas (fueron 5) estaba el que después sería jefe de toda la fuerza aérea portuguesa: General Lemos Ferreira, al que también pude entrevistar. Así que lo de Manises, a pesar de ser absolutamente espectacular e inquietante, no es tan raro como parece...

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