La mentira de que Thomas Edison electrocutó hasta la muerte a un elefante por fastidiar a Tesla
En contra del mito, los logros de Nikola Tesla (1856–1943) fueron inmediatamente reconocidos y fue una figura venerada desde joven hasta sus últimos años, tanto por sus colegas como por la opinión pública
La irregular película «La guerra de las corrientes» (Alfonso Gomez-Rejon), estrenada de forma efímera a principios de año en España, aborda el conflicto entre Thomas Edison y George Westinghouse , asistido este por Nikolai Tesla , por imponer sus distintos modelos eléctricos en todos los Estados Unidos. La corriente alterna de Tesla contra la corriente continua de Edison, el europeo contra el americano, el genio loco contra el empresario implacable, una lucha a cuchillo de la que se ha gastado tanta tinta como para cubrir el Río Misisipi.
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La ficción vuelve a caer en algunos de los tópicos y distorsiones habituales, entre ellas la de un Tesla representado como héroe ignorado, cuyos méritos no fueron suficientemente reconocidos, y un Edison vestido de codicioso villano, que hizo lo imposible por evitar el éxito del serbio. No obstante, la realidad documentada es muy diferente. Los logros de Nikola Tesla (1856–1943) fueron inmediatamente reconocidos y fue una figura venerada desde joven hasta sus últimos años, tanto por sus colegas como por la opinión pública. Basta recordar que Tesla recibió en 1917 la medalla Edison, creada y concedida por un comité en el que había buenos amigos de Thomas Edison . Poco le hubiera costado al estadounidense frenar el homenaje de guardar todavía rencor.
Un elefante en la guerra
«La guerra de las corrientes» acierta, por el contrario, al prescindir de un controvertido episodio acontecido durante el choque empresarial que le habría costado supuestamente la vida a un enorme y pesado animal. Según esta historia ampliamente difundida y ampliamente falsa, dentro de la campaña mediática auspiciado por Edison para demostrar que la corriente alterna de sus enemigos, que cada vez le comían más terreno, era más peligrosa que la continua, lo cual no era cierto, «El mago de Menlo Park» participó directamente en la cruel muerte de un elefante.
El científico estadounidense se habría ofrecido a ayudar a los funcionarios de Luna Park , un parque de atracciones situado en Coney Island (Nueva York) , en su propósito de deshacerse de un elefante de la India de 28 años llamado Topsy . Si bien durante años había sido una de las principales atracciones circenses de la ciudad, en los últimos dos años se había convertido en un problema para sus propietarios. Los ataques de ira del paquidermo habían costado la vida a tres empleados en tres meses, de modo que las autoridades locales no vieron otra solución que sacrificarlo.
La Asociación Americana de Protección de Animales logró evitar que el animal fuera ahorcado en público, tras lo cual hubo quien sugirió, con el beneplácito de la protectora de animales, que Topsy fuera sacrificado usando la corriente alterna. A principios de 1903, un millar de personas presenciaron como el elefante era dado primero de comer zanahorias rellenas de cianuro, conducido luego a una plataforma metálica y finalmente electrocutado desde una corriente de 6.600 voltios. Los electricistas de la compañía eléctrica local colocaron electrodos en dos de las patas del elefante para administrar la descarga. Una vez que se activó el interruptor, pasaron solo diez segundos antes de que Topsy se cayera y muriera. «El New Bedford Mercury» informó que los oficiales presentes de la protectora de animales habían dicho que «nunca habían visto una forma más humana de causar la muerte» a un animal.
Un mentira
Y hasta aquí el mito. En realidad el único vínculo entre la muerte de Topsy y el inventor estuvo relacionado precisamente con la cinematografía de Edison, que filmó el oscuro episodio bajo el título «Electrocuting an elephant» como parte de una serie de grabaciones de esta productora perteneciente al genio estadounidense. No obstante, las operaciones cotidianas de la compañía estaban en manos del vicepresidente y gerente general William E. Gilmore . Nada hace pensar que Edison mostrara interés alguno en difundir la cinta, de 21 minutos, o en involucrarse en una guerra que ya no era suya.
Edison no estuvo presente en el sacrificio y su empresa nada tuvo que ver en la electrocución propiamente. Los responsables fueron unos electricistas de «Edison Company», empresa de Brooklyn que, al igual que muchas compañías locales de iluminación en los Estados Unidos, usaba el nombre del inventor porque originalmente empleó el sistema Edison de generación de energía eléctrica bajo licencia de la Edison Electric Light Co. de Nueva York . En la mayoría de los casos, el inventor no jugó papel alguno en la formación o dirección de estas empresas, y desde luego en 1903 no estaba vinculado de ninguna manera a esta compañía de Brooklyn.
El nombre de Edison, entonces una eminencia, no se menciona en ninguno de los numerosos informes de periódicos contemporáneos sobre la muerte de Topsy. Y ni siquiera hay evidencias de que los funcionarios de Luna Park le consultaran a él, que en el pasado había realizado los primeros experimentos para sacrificar animales con electricidad como método menos cruel, sobre la forma de proceder en este caso.
En contra del mito popular, la electrocución de Topsy no estuvo enmarcada en la batalla entre corriente continua y alterna, que terminó completamente con la formación de General Electric en 1892, una década antes de la ejecución del elefante.