María Tudor, la reina borde y odiada
La llamaban Bloody Mary por sus crueles y sanguinarios castigos a sus enemigos protestantes
Hija del rey de Inglaterra Enrique VIII y la infanta de Aragón y Castilla, Catalina de Trastámara; nieta de Isabel la Católica , prima hermana del emperador Carlos V y tía segunda de Felipe II. Ni siquiera el parentesco de María Tudor con la monarquía española consiguió generar en su esposo ni un atisbo de cariño . Felipe II (entonces Príncipe) se casó con ella por razones de Estado pero la forma de ser de su esposa poco contribuyó a despertar ninguna simpatía íntima. Tudor era una mujer malcarada , además de despótica, inestable y de reacciones imprevisibles; calva, lo que la obligaba a llevar permanentemente pelucas que, debido a su absoluta falta de buen gusto , acababan siendo ridículas y de colores que suscitaban la risa más que el respeto; y desdentada, su obsesión por los dulces le había provocado una persistente piorrea (flujo de pus en las encías) que le hizo perder varias piezas dentarias. En general, la belleza física la esquivó al nacer.