La locura que provocó en la URSS la apertura del primer McDonald's durante la Perestroika

El día de la inauguración una hamburguesa Big Mac costaba solo 3 rublos, una cifra exigua en la actualidad, pero que entonces era el equivalente a un abono mensual de metro y autobús

Foto tomada en 1990, año en el que se inauguró el primer McDonalds en Rusia, que ha sido uno de los cuatro restaurantes afectados. AFP
César Cervera

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Entre el goteo interminable de empresas estadounidenses y europeas que están abandonando Rusia como protesta a la invasión de Ucrania, hay una que, por su valor simbólico, brilla por encima del resto: McDonald's. La apertura del primer restaurante de esta cadena de hamburguesas en Rusia supuso el enésimo y más simbólico golpe a los restos de la URSS cuando una multitud de moscovitas, tan grande que fue necesario enviar policías para controlar la situación, hizo cola para degustar esos alimentos capitalistas sobre los que tantas leyendas se contaban entre susurros.

En 1990, la conocida marca de comida rápida y símbolo del capitalismo inauguró su primer restaurante en territorio ruso con miles de moscovitas esperando su turno en una kilométrica cola en la emblemática plaza de Pushkin , ubicada en el Distrito Tverskói de Moscú central. ‘Un McDonald's hace furor en Moscú’ , tituló ABC una noticia gráfica al respecto el 1 de febrero de ese año: «Cientos de moscovitas guardaron cola ayer, tal como muestra la imagen superior, ante el establecimiento abierto por la cadena norteamericana McDonald's en la capital soviética. Se trata del mayor de los restaurantes que esta compañía tiene en todo el mundo. Los responsables del establecimiento esperan servir en el mismo una media de quince mil comidas diarias».

El fin de una era

El día de la inauguración una hamburguesa Big Mac costaba solo 3 rublos, una cifra exigua en la actualidad, pero que entonces era el equivalente a un abono mensual de metro y autobús. Las hamburguesas eran una especie de artículo de lujo en un tiempo de inestabilidad y de hiperinflación para la economía rusa. La Unión Soviética se encontraba en ese momento en plena Perestroika con el gobierno de Mijail Gorbachov intentando restar tensiones de las relaciones con EE.UU. El último líder de la URSS estaba cercado por el sector duro de los comunistas y cada movimiento aperturista era visto como un ataque a las esencias del partido. En las navidades del siguiente año, el imperio soviético dejaría de existir y la economía terminó de despeñarse antes de empezar a mejorar.

El presidente Mijaíl Gorbachov, Ronald Reagan y el vicepresidente, George H. W. Bush, en Nueva York, 1988.

Lo que no decayó es el furor por los productos capitalistas. En los años 1991 y 1992 todavía se produjeron en fechas señaladas colas de varias horas para entrar en la hamburguesería. La fiebre por la comida rápida en Moscú no empezó a calmarse hasta que se abrieron otros establecimientos en el país. También la inauguración de estos otros locales fueron un acontecimiento. Sin ir más lejos, la apertura del segundo restaurante en 1993 contó incluso con la presencia del presidente Borís Yeltsin .

Más allá de las resonantes inauguraciones, la multinacional estadounidense debió enfrentarse a las dificultades logísticas y las restricciones soviéticas a las importaciones para sacar adelante sus establecimientos en Rusia. McDonald's tuvo que construir un gran centro de procesamiento en las afueras de la capital para producir los alimentos, si bien el sitio no estaba conectado a la red eléctrica y fue necesario que varios centenares de soldados soviéticos fueron desplegados para tender líneas eléctricas a la planta. Alrededor de 27.000 soviéticos solicitaron trabajo para este centro y para el primer establecimiento abierto en Rusia, pero solo 630 fueron finalmente aceptados.

Las interferencias estatales sobre McDonald's han servido desde entonces como termómetro para medir el estado de las relaciones de Rusia con Occidente

Las interferencias estatales sobre McDonald's han servido desde entonces como termómetro para medir el estado de las relaciones de Rusia con Occidente, pues el gobierno suele transmitir la presión geopolítica a empresas de países vecinos o naciones rivales a través de sanciones o inspecciones arbitrarias. El primer restaurante , junto a otros tres de la capital, cerraron momentáneamente sus puertas en 2014 por estas presiones. Aunque el establecimiento era el más frecuentado del mundo, con más de 10.000 clientes diarios, fue objeto de frecuentes visitas de la Agencia de Protección del Consumidor por presuntos problemas sanitarios hasta que echaron el cierre unos meses y se resolvió la crisis política.

La cadena de comida rápida McDonald´s anunció el pasado martes el cierre temporalmente de sus 850 restaurantes de Rusia. No en vano, la multinacional de origen estadounidense cuenta con un total de 62.000 empleados, a los cuales les seguirá pagando el salario, según aseguró en un mensaje el director general de la empresa, Chris Kempczinski.

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