Al descubierto la red nazi de espías que salpica a Gutiérrez Mellado y al médico Grande Covián
Entre marzo y abril de 2019, el historiador Xavier Juncosa pudo estudiar casi 35.000 documentos referidos a España, que acababan de ser desclasificados y que hoy en día han vuelto a sellarse
![Adolfo Suárez aplaude a los procuradores depués de haberse aprobado la Ley de la Reforma Política](https://s2.abcstatics.com/media/historia/2021/09/23/gutierrez-mellado-kysE--1248x698@abc.jpg)
Madrid fue durante la Segunda Guerra Mundial un hervidero internacional de espías nazis, italianos, franceses, ingleses y hasta japoneses, que se disputaron a codazos todo tipo de voluntades y de conserjes (quien controla al portero controla la finca) en una ciudad con más dobles agentes que castañeras. Las notas del contraespionaje francés de Charles de Gaulle , cuyos documentos más exclusivos ven ahora la luz en España gracias al historiador Xavier Juncosa , ponen nombre y rostro a muchos de estos colaboradores de los servicios nazis, algunos tan insospechados como el militar Gutiérrez Mellado o el doctor Francisco Grande Covián.
El contraespionaje de De Gaulle
El investigador y cineasta se internó en esta aventura propia de una novela de espionaje por casualidad a través de un archivo francés, concretamente del Service Historique de la Défense de Vincennes . Juncosa andaba tras la pista de una información que nada tenía que ver con el espionaje francés, cuando dio con unas cajas etiquetadas con el poco estimulante nombre de 'Trabajos rurales' . Aun así las abrió y no pudo dejar de leer... Entre marzo y abril de 2019, el historiador pudo estudiar casi 35.000 documentos referidos a España, que acababan de ser desclasificados y que hoy en día han vuelto a sellarse a consecuencia de una nueva y controvertida ley en Francia. Por fortuna, el historiador catalán tuvo tiempo de tomar buena nota de todo antes de que se cerrara la cámara de los secretos .
El contraespionaje orquestado por De Gaulle y cuyo artífice en las sombras era Paul Paillole tuvo como primer objetivo en España investigar a quienes cruzaban la frontera con Francia. Barcelona y San Sebastián se convirtieron en lugares estratégicos para esta misión; sin embargo, a partir del otoño de 1943 el foco se trasladó a la capital de España, donde se encontraba el epicentro de la red de financiación que compartían los jerarcas nazis y los partidarios del régimen de Vichy , así como un gran mercado de reventa de obras de arte y diamantes expoliados por toda Europa. «Los papeles revelan que España entera estaba en manos de Hitler. Esto era una gran empresa nazi», sostiene Juncosa, que acaba de publicar en catalán el libro 'El contraespionatge francès a Madrid i el Marroc' (1943-1945).
![Grande Covián.](https://s1.abcstatics.com/media/historia/2021/09/23/grande-covian-kIiB--220x220@abc.jpg)
Para crear esta red de informadores, la Cruz Roja Francesa jugó un papel esencial, tanto originalmente en Barcelona como meses después en Madrid. El jefe de la Cruz Roja Francesa en España era el monseñor André Boyer-Mas , un controvertido clérigo y diplomático que, a pesar de que se había alineado al lado de Franco durante la Guerra Civil y con Pétain en su armisticio, a partir de noviembre de 1942 decidió ayudar a los Aliados. Con su apoyo y un enjambre de informadores, el llamado TR-200 logró identificar a centenares de ciudadanos madrileños al servicio de los nazis, ya fuera su colaboración puntual o continuada.
De republicano a falangista
El contraespionaje francés tenía bajo sospechas de tratos con los nazis a personajes tan destacados como Francisco Grande Covián , un médico pionero en nutrición y bioquímica, fundador y primer presidente de la Sociedad Española de Nutrición , que debido a su estrecha relación con Juan Negrín y otros políticos republicanos se le presuponía perseguido por el régimen franquista. «En los informes se dice que es un gran falangista, primera sorpresa, y que era miembro de una organización nazi conectada con otros médicos de Madrid. No sé especifica la relación que tenía el asturiano con los nazis, pero hay un documento sobre el bautizo de su hijo al que asisten en Madrid las autoridades franquistas y la plana mayor del cuerpo diplomático alemán», apunta el investigador como prueba del alta estima en la que tenían los nazis al médico.
Juncosa ha procurado cotejar la información manejada por los servicios secretos De Gaulle, que no tienen por qué ser infalibles, si bien «existen unos vacíos muy sospechosos en la biografía que comprenden este periodo de vida del nutricionista». No obstante, lo que resulta imposible de averiguar es si Grande Covián era fruto de algún tipo de extorsión: «Sobre el papel todos nos consideramos Robin Hood , pero una vez en esas situaciones habría que vernos...», advierte el catalán.
Distinto es el caso de Manuel Gutiérrez Mellado , el comandante encargado durante la Segunda Guerra Mundial de clasificar y decidir el destino de las personas que cruzaban los Pirineos. En su caso se daba por sentado que el ministro de Defensa con Adolfo Suárez estaba entonces en tratos con los servicios de inteligencia de los países del Eje debido a su cargo militar, pero lo que revelan como inédito los papeles del archivo de Vincennes es que el comandante franquista terminó siendo agente doble y colaborador del TR-200. «Finalmente va a trabajar con los espías franceses a cambio de que a él le faciliten información sobre españoles comunistas y anarquistas que estaban haciendo el viaje inverso en la frontera», asegura Juncosa sobre un personaje que se ganó el respeto de los franceses.
Al principio aparece citado por los informadores como Gutiérrez y, a base de afecto y encuentros, termina por ser Don Manuel, un hombre descrito en los documentos como «honesto, recto y muy inteligente», que dedicaba todo su tiempo a sus hijos.
«Franco se fue desprendiendo de los falangistas y preparándose para los nuevos tiempos»
El cambio de lealtades de Gutiérrez Mellado entra dentro del giro de timón realizado por todo el régimen cuando era evidente que la Segunda Guerra Mundial la iban a ganar los Aliados. «Franco se fue desprendiendo de los falangistas y preparándose para los nuevos tiempos. Los Aliados pidieron a cambio que bloqueara las cuentas y las propiedades nazis en España, pero el dictador solo accedió a una parte», afirma el historiador. En una carrera contrarreloj para salvar su patrimonio, los nazis refugiados aquí usaron testaferros y revendieron obras de arte y propiedades en los últimos meses del conflicto. Algunas familias españolas salieron muy beneficiadas con las prisas...
Abel Gance, un cineasta con dos caras
Plato de comer aparte es el caso del director francés Abel Gance, uno de los grandes pioneros del cine universal, que llegó a Madrid en 1943 huyendo aparentemente de los nazis por sus orígenes hebreos. «Si lees cualquier biografía sobre Grance lo último que piensas es esto. Él viene a España sin un duro, y de repente un agente del contraespionaje francés se lo encuentra por sorpresa en una reunión y empieza a seguirle», afirma el investigador. Los documentos franceses evidencian que en cuanto tuvo ocasión el director de 'Napoléon' (1927) se puso a disposición directamente de los jerifaltes franquistas y de los nazis en España para intentar rodar tres grandes películas hagiográficas, una sobre Colón, otra sobre El Cid y otra sobre Ignacio de Loyola .
![Abel Gance y Arthur Honegger](https://s1.abcstatics.com/media/historia/2021/09/23/Abel-Gance-kIiB--510x349@abc.jpg)
Fracasó en sus proyectos de cine, a pesar de que «los nazis estaban interesados en relacionarse con alguien de tanto prestigio», como también lo hizo al intentar vender en España el pictógrafo como un invento suyo. «En cuanto el verdadero inventor se enteró en París, envió a Madrid a una especie de secretario, Contantini , para contar que Gance era un farsante. Lo más asombroso de todo es que en Madrid terminó metiéndose en la cama con la mujer del cineasta ».
«Es muy curioso que Japón, probablemente el pueblo más misógino del mundo, estableciera su red de colaboradores en España en torno a dos mujeres»
Abel Gance y su secretario español, el periodista Felipe de Solms, que en los papeles encontrados por Juncosa aparecen sorprendidos en 'actitudes pederásticas', mantuvieron también tratos en Madrid con la actriz italiana Myriam Petachi , cuñada y antigua amante de Benito Mussolini . Gance esperaba poder sacar adelante alguno de sus proyectos audiovisuales de la mano de la productora La Latina, fundada por la italiana gracias a los millones y las joyas repatriadas desde Milán pocas horas antes de la primera caída de Mussolini. Como todas las acometidas del director galo en España, también estas negociaciones quedaron en nada.
«Yo creo que era ella quien se acercó primero al director, pero no llegaron a cerrar nada porque a él le interesaban películas con temática española y, además, el final de la guerra frustró todo. Era un director muy caro», señala Juncosa. Lo que sí consiguió rodar Grance fueron tres bobinas con Manolete toreando que se conservan hoy cual tesoro en la Filmoteca .
Otro de los grandes descubrimientos de Xavier Juncosa , autor de más de cien documentales, está en la intensa actividad de los servicios secretos japoneses en la capital. «Es un asunto muy poco trabajado, pero los japoneses mantuvieron constantes reuniones en Madrid con alemanes, franceses e italianos como miembros del Eje», asegura. No solo es importante el hallazgo porque un país tan remoto mostrara interés en España, sino por las personas que eligieron como enlace: «Es muy curioso que Japón, probablemente el pueblo más misógino del mundo, estableciera su red de colaboradores en España en torno a dos mujeres».
Milagros Cuñado Urbano y su madre María del Milagro Sanabria de Cuñado, «dos mujeres de ultraderecha», se elevaron como las jefas supremas de los servicios japoneses en Madrid y la conexión con el enviado nipón, un supuesto periodista llamado Matsuo. También era una mujer, Chona Durán Terry, la que hacía en estas fechas de coordinadora del espionaje nazi en San Sebastián.
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