Elecciones generales

El caos político entre 1918 y 1920: las tres elecciones que sumieron a España en el desconcierto

No es la primera vez que se acude a las urnas tantas veces. A principios del siglo XX, la imposibilidad de los partidos de llegar a acuerdos provocó que los votantes tuvieran que ir a las urnas en 1918, 1919 y 1920

Madrid, diciembre de 1920. Eduardo Dato durante las elecciones generales
Manuel P. Villatoro

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ya es un hecho. Este domingo 10 de noviembre acudimos a las urnas para unas nuevas elecciones generales . Las cuartas en cuatro años. Atrás quedan las afrentas de unos y las excusas de otros. La incapacidad para formar pactos entre los grandes partidos ha provocado una situación de bloqueo que solo puede solventarse depositando, una vez más, nuestro voto en las urnas. La situación es extraordinaria en la historia de España, pero no única. Y es que, entre 1918 y 1920 , los ciudadanos se vieron obligados a acudir a tres comicios para elegir a los cuatro centenares de diputados que debían sentarse en el Congreso .

Manuel García Prieto

Las últimas de estas tres elecciones se sucedieron en diciembre de 1920. Por aquel entonces era Eduardo Dato (candidato del Partido Conservador ) el que pretendía estar al frente del país. «El Gobierno cree que la opinión le es favorable y que tendrá la mayoría necesaria para seguir en el poder», afirmó el político en declaraciones recogidas por el diario ABC el día 16.

Al igual que este 10 de noviembre, la situación era tensa y no parecía que pudiera haber consenso. «Preocupa en las tertulias políticas el resultado de la contienda electoral en orden al número de diputados . Los juicios que se hacen van desde aquellos que niegan al Gobierno la posibilidad de alcanzar más de 190 actas , hasta los que creen que la futura mayoría se compondrá de 230 », narraba el cronista.

Ni para unos, ni para otros. Los resultados de estas elecciones generales (acaecidas durante la denominada Restauración borbónica ) dieron 174 diputados a Dato y 45 a Manuel García Prieto (del Partido Liberal ). El resto de los escaños se los repartieron entre un sin fin de agrupaciones más, incluyendo los que obtuvo el Partido Radical del famosísimo Alejandro Lerroux. La crisis política se solventó, sí, pero -como bien explica el historiador Carlos Seco Serrano en su biografía sobre Dato para la Real Academia de la Historia - no se terminó con los problemas que asolaban el país desde hacía tres años. «Presidió un gobierno en un momento difícil, condicionado por la crisis de posguerra y la grave situación en Cataluña», añade. Casi un calco de este 2019.

Camino al desastre

Entender cómo se llegó a este momento de tensión política requiere viajar en el tiempo hasta finales del siglo XIX, cuando el Partido Conservador de Cánovas del Castillo y el Partido Liberal de Práxedes Mateo Sagasta se turnaban en el poder (con la intención de mantener la calma política y evitar los, hasta entonces, continuos pronunciamientos militares). El sistema permaneció de esta guisa hasta el final de la primera década del siglo XX, cuando las corrientes que abogaban por una democracia real empezaron a presionar contra el denominado « turnismo ».

Su quiebra empezó a fraguarse en 1913, según explica Miguel Ángel Martorell Linares en «La crisis parlamentaria de 1913-1917» . En sus palabras, ese fue el año en el que emergieron cinco nuevos grupos políticos (uno de ellos, el liderado por el propio Dato ) que se «consideraban herederos de los viejos partidos turnantes» y pretendían hacerse con el poder a toda costa. Y en este caso, los contrincantes pretendían plantarles batalla. «El nudo de la crisis de 1913 radica en el conflicto abierto entre dos partidos que intentaban mantener una situación de privilegio frente a otros que querían acabar con ella», añade el experto. Aunque en 1917 se logró formar un gobierno de concentración, las tensiones políticas reinaban en España.

Viñeta de laépoac que ironiza sobre el turno de partidos (Cánovas le da el "caldo gordo" a Sagasta) ABC

Por si fuera poco, a esta eclosión de partidos se sumaron otros factores como la presión que realizaban las Juntas de Defensa (una suerte de sindicatos que pretendían influir en la sociedad), las aspiraciones de los partidos independentistas de Cataluña (que clamaban por la modificación de la constitución de 1876, impulsada por el mismo Sagasta ) o los efectos negativos que tuvo para la economía y el comercio en España el comienzo de la Primera Guerra Mundial . Los pilares de la revuelta habían sido levantados, y se hicieron más fuertes todavía después de que, el 13 de agosto de 1917, se materializara una huelga que se cobró la vida de entre 71 y 220 personas (atendiendo a las fuentes).

Tres elecciones

En mitad de este clima de inestabilidad Dato presentó su dimisión y el rey ( Alfonso XIII ) «consideró la necesidad de que un Gobierno de concentración podría abordar los graves problemas planteados en esa etapa». Así lo explica el historiador Manuel Sainz de Vicuña y García-Prieto en uno de sus artículos para la Real Academia de la Historia. Sin embargo, poco después fue disuelto y se llamó a los ciudadanos a votar en unas elecciones generales que fueran limpias, democráticas y en las que hubiera una amplia representación de fuerzas para tratar de calmar a la sociedad.

En febrero de 1918 los ciudadanos (masculinos) acudieron a las urnas. El resultado dio como vencedor a Dato , pero los liberales se unieron y lograron que ascendiera hasta la poltrona Manuel García Prieto .

Eduardo Dato

A partir de este punto comenzó el caos. En palabras de Sainz de Vicuña, García Prieto dimitió poco después y fue sustituido (por enésima vez) por otro gobierno de concentración, aunque liderado por Antonio Maura . «Este fue recibido con gran aceptación y esperanza», añade el experto.

Pero tampoco duró demasiado... Las tensiones, las revueltas, las huelgas y las movilizaciones en Cataluña hicieron que el nuevo líder español (que había iniciado su tarea el 22 de marzo ) llamara de nuevo a sufragios en junio de 1919 . No sirvió de nada y los resultados fueron casi un calco de las anteriores. El partido de Maura logró obtener 104 escaños , pero fue seguido de cerca por Dato (con 94 ), García Prieto (con 52 ) y los liberales del Conde de Romanones (con 40 ).

Maura dimitió en julio y, de nuevo, comenzaron los intentos de los partidos de llegar a un acuerdo. Sin embargo, y como sucede hoy en día, la situación no se desbloqueó. Así pues, se convocaron otras elecciones para diciembre de 1920 , después de que (por tercer año consecutivo) se disolvieran las cortes. En este caso el Partido Conservador de Dato sí obtuvo una mayoría amplia (casi el doble de escaños que en los comicios pasados). Con todo, eso no fue suficiente para llegar al mínimo necesario y tocó pactar. Al final, Dato logró el poder y lo mantuvo hasta que fue asesinado al año siguiente.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación