Borja Cardelús - Destellos de Hispanidad

Los alimentos que salvaron a Europa

La patata y el maíz resolvieron las hambrunas del viejo continente al entrar en los hogares de cualquier nivel social

Borja Cardelús

Es poco menos que asombrosa, y desconocida, la escalada de dos alimentos, que desde su humildad alcanzaron un papel no ya relevante, sino decisivo, hasta el punto de que sirvieron de instrumentos necesarios para modificar la trayectoria de la historia. Brillantes destinos para los humildes maíz y patata , originarios de América y traídos a Europa por España en el siglo XVI .

La patata se cultivaba en el altiplano andino, y era el alimento esencial de las clases populares, quienes basaron su dieta en este tubérculo, de aspecto tosco pero de grandes propiedades nutritivas. El maíz se cultivaba en los dos subcontinentes de América, y en el Imperio Inca , donde era conocido como las lágrimas del Sol , el dios andino, se le reservaban las mejores y más irrigadas tierras de cultivo, porque era manjar reservado a las clases pudientes del Incario, teniendo vedado el pueblo su consumo.

Ambos penetraron en España y en Europa de forma tímida, en particular la patata, cuyo aspecto disgustaba en las mesas selectas, pero no tardó en abrirse paso, hasta el punto de transformar la alimentación europea. Resultaba que tanto la patata como el maíz, por ser cultivos de ciclo corto , estaban menos sujetos a los rigores de las secas y heladas de los productos tradicionales, los que de modo regular sometían a la población a hambrunas severas que la diezmaban drásticamente, como una suerte de ley de hierro de la alimentación.

«La patata y el maíz resolvieron las hambrunas europeas. La primera ocupó lugar en los hogares de cualquier nivel social, y el maíz se utilizó ampliamente como forraje del ganado»

Y por eso sucedió que la patata y el maíz resolvieron las hambrunas europeas. La primera ocupó lugar en los hogares de cualquier nivel social, y el maíz se utilizó ampliamente como forraje del ganado, pero también las clases populares en España la consumieron en forma de gachas, terminando con el fantasma del hambre.

Pero acabar con las hambrunas fue solo la primera hazaña de tan modestos productos. Desvanecidas las mortandades cíclicas causadas por el hambre, el siglo XVII conoció en Europa una explosión demográfica sin precedentes, justamente a las puertas de la Revolución Industrial del siglo XVIII . La cual comenzó a demandar brazos a gran escala para las nuevas fábricas europeas, sobre todo en Inglaterra, brazos que pudo proveer una población exageradamente acrecida. Y es sabido que el explosivo proceso industrializador supuso el embrión del capitalismo moderno.

De modo que aquí culmina la cadena prodigiosa de los humildes maíz y patata, quienes desde sus discretos asientos del vientre de la tierra americana desembarcaron en Europa para resolver el hambre, impulsar la explosión demográfica y en última instancia sentar las bases demográficas del sistema capitalista. Es esta una las aportaciones más relevantes y desconocidas de España a la historia de la humanidad. Pero como es habitual, la Leyenda Negra , que resalta lo desfavorable y esconde lo positivo, niega a España tal contribución. Siendo tan netamente española, la introducción de la patata en Europa se halla atribuida a dos piratas: Walter Raleigh y Francis Drake , ambos sir, y este último cuenta con una estatua en Alemania, 'dedicada al introductor de la patata en Europa'.

Borja Cardelús es autor de 'América Hispánica'.

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