JOSÉ LUIS DE HARO/NUEVA YORKTan sólo un día después de que el conocido como informe Baker tronara sobre la Casa Blanca y sacase los colores a la Administración Bush sobre su maltrecha estrategia en Irak, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se reunió en Washington con su homólogo británico Tony Blair, un encuentro que ambos aprovecharon para dejar muy claro que para «vencer en la zona hay que derrotar a los extremistas» aunque reconocieron que es necesario un «nuevo enfoque» para este cometido.