LAURA L. CARO/CORRESPONSAL. JERUSALÉN Los vaticinios más pesimistas, los del presidente egipcio, Hosni Mubarak, advirtiendo ayer del riesgo de que las manifestaciones en Beirut deriven tarde o temprano en «un campo de batalla», empezaron a materializarse ayer por la tarde en la capital de Líbano con los primeros enfrentamientos entre miembros del grupo chií Amal y partidarios del Gobierno de Fuad Siniora. El choque, hecho público a través de la emisora Voz de Líbano, se registraba en el barrio de mayoría musulmana de Kaskás, con el resultado de cuatro heridos y la intervención del Ejército, que acudió para disolver una batalla a pedradas que quebraba la relativa paz en la que, hasta entonces, había transcurrido la protesta iniciada el viernes por los opositores con el fin de provocar la renuncia del primer ministro y de su gabinete.