JULIÁN ÁVILA/HANNOVERPrimeras impresiones de una decepción aún no digerida. Demasiados minutos de control del esférico para asumir una eliminación. Una superioridad de artificio, a caballo entre la doma de balón y la nula profundidad. Luis Aragonés parece tener claro, en su primera valoración, qué es lo que ha pasado. «No hay nada que objetar. Hemos cometido dos errores y nos han marcado dos goles. Los errores, a sí, son muy caros, demasiado. No sé si el fútbol es justo o no lo es. Imagino que unas veces sí y otras no. Por eso, no creo que tenga que poner ningún pero a la clasificación de Francia».