I. TYLKO/Ucrania sigue viva en su primer Mundial. Se lo puede agradecer a la extrema candidez de los 'hijos del desierto', a su necesidad de ganar y lavar la imagen, y a la revolución de Blokhin, que acertó al hacer cuatro cambios con respecto al choque ante España. Sobre todo, con la alineación de Rebrov, un veterano de 31 años que ha perdido velocidad, pero que posee toque, desborde, disparo y, sobre todo, inteligencia.