Mesón Casa Antonio, vivan tus carnes serranas
Mesón Casa Antonio, vivan tus carnes serranas
Para los que se lamentan atenazados por la pereza, la distancia o por el fastidio de recorrer varios kilómetros, el cocinero Antonio Rodríguez ha decidido acercarles la mágica y serena Sierra de Cádiz en forma de ‘petisito’ mesón . Si los gaditanos no van a la montaña, que sea la montaña la que viene a Cádiz . Está en Casa Antonio, en la calle San Francisco número 3.
Así que ya no hay excusas que valgan, en la capital gaditana es posible saborear –aún más, aún mejor– chacinas caseras , carnes infrecuentes, aceites recién prensados y verduras de huerto propio . La posibilidad de disfrutar de un trocito de todo lo bueno que da el campo de Algodonales .
Venado con su fondo de patatas, carrillada con parte de ese verde soñado, revuelto de espárragos trigueros … Sólo son algunas de las tapas (casi raciones) de mesón Casa Antonio . Todo se ofrece en una carta sencilla pero con una materia prima de calidad , propia de los pueblos serranos, que honra su origen y la asombrosa generosidad natural de la comarca menos conocida fuera de la provincia gaditana. Sólo con trasladar el producto y recuperar una pequeña parte del recetario secular de aquella tierra, se produce un prodigio sencillo , humilde, sabroso. Recomendables las alcachofas aliñadas al pesto y un original salmorejo de queso de cabra payoya .
Aunque su especialidad son las chacinas (caseras, realizadas por la propia familia de Antonio Rodríguez) y las carnes, como el entrecot de ternera o el solomillo , no desmerecen los boquerones en tempura acompañados por una ensalada a modo de guarnición. No se priven de probarla. Aunque parezca un mero adorno, la compañía de siempre, resulta que no. La frescura y el aliño justo la convierten más en un complemento de este plato, en cantidad y calidad. Otra virtud de las escoltas en los platos, para nada menor: las patatas fritas son magníficas . Algo realmente inusual en la capital gaditana.
Advertir que el concepto de tapa se aleja aquí de la idea habitual y son platos que merecen ser compartidos por bien dotados y por intercambiar opiniones, recuerdos. Prueba de ello es el precio , que también es más cercano al de una ración que a una tapa al uso. Calidad y generosidad lo justifican. Fuera de carta, siempre se pueden disfrutar de algunas de las sugerencias o platos del día, que aparecen en una pizarra junto a la barra. Tuve tanta suerte en las dos visitas que una vez me tocó el arroz con codornices , con el que aún sueño, y el cochinillo al horno por raciones, mejorable más en el proceso que en la carne del animal.
El local es pequeño . Lejos de ser un contratiempo, le confiere cierta intimidad , relajación. Invita a no tener prisa y redondea el clima rural. Con apenas nueve mesas –cuatro de ellas altas con taburetes– en Casa Antonio cuidan los detalles : una carta de vinos correcta, un producto acorde a las expectativas geográficas y un servicio más que agradable , atento y dispuesto a aconsejar, sin atosigar, al comensal.
Como curiosidad: un pequeño mueble con productos de la provincia gaditana (miel, aceites, conservas, mermeladas…) que se pueden adquirir , además de la posibilidad de realizar encargos para llevar de carnes o chacinas.