La Barra de El Faro de Cádiz
Pues no ha sido hasta la Semana Santa, cuando he tenido la posibilidad de visitar la nueva barra de El Faro de Cádiz , la más famosa de todas las barras de la ciudad. Y la verdad es que no ha podido quedar más bonita después de la reforma , que se inauguró el pasado 19 de febrero. Más gaditana, si cabe , que las dos últimas barras de este histórico establecimiento, que cumplía hace muy poco los 55 años .
Se ha modernizado manteniendo las señas de identidad del mismo. Ahora dispone hasta de conexiones USB para cargar los móviles y han conseguido que todo el local sea accesible , evitando los escalones que anteriormente tenia. Los materiales elegidos son la piedra ostionera, mármol, madera de roble y mortero de cal . El techo, de madera, semejante a la de un barco. También se han modernizado los cuartos de baños , mucho más amplios y accesibles .
Una vitrina de cristal en el centro del establecimiento muestra los pescados frescos del día, y además se ha ampliado y renovado la bodega con vinos del marco de Jerez .
La barra con el cartel de no hay billetes , a tope , no cabía un alfiler, lleno a rebosar. Pero el personal de El Faro , es amable, cercano , es Cádiz, y aunque esté lleno siempre te trata con una sonrisa con esa simpatía que en muy pocos sitios se da: autenticidad y servicio profesional.
Hoy tenemos una papas con cazón en amarillo que “se te va a caer er sentido”, nos decía José Mari cuando le preguntamos cuál es el plato del día hoy. Y así arrancamos, y verdaderamente estaban riquísimas, con el cazón sabroso y el punto de las patatas exquisitas.
Unas papitas aliñás , obsequio de la casa, señas de identidad también de esta mítica barra.
Un erizo de mar relleno de tartar de gambón, hierbaluisa y una crema de sus huevas fue la segunda tapa que cayó, buena mezcla de ingredientes y contraste de sabores.
No podíamos de dejar de seguir las recomendaciones de Gurmé Cádiz , de las mejores tortillas de camarones , y sí que es de las mejores de las provincia, súper fina, nada aceitosa y bien cargada de camarones.
Otro clásico de la casa que nunca pasa de moda es la ensalada de pulpo a la mostaza antigua , con sus papitas, su tomate picadito y su aceite de pimentón.
Un carabinero a la plancha , con buen tamaño, aunque, en este caso, para mi gusto, un poco pasado de cocción.
Unas riquísimas ortiguillas fritas, perfectas en el punto de fritura crujiente por fuera y melosas por dentro. Fritura de 10.
Unos chipironcitos pasados por la brasa con una salsa a lo Pelayo , magnifico punto el de la cebolla pochada a fuego lento, y creo que hasta con un puntito de oloroso. Un espectáculo.
Y estando en Semana Santa, no podíamos dejar de probar las torrijas realizadas con brioche y helado .
Sin lugar a dudas, la barra de Cádiz por excelencia , el lugar ideal para los amantes del exquisito arte del tapeo y de aquellos que desean degustar una propuesta de calidad y más informal que la de comer sentados.
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