Grazalema
Casa Martín 1920, el lujo de lo auténtico
Sergio Nieto dirige esta taberna moderna de Grazalema, cuyo origen se remonta a más de un siglo
Carne mechada en Casa Martín 1920
Sergio Nieto trabajaba como ingeniero técnico agrícola, una etapa profesional de la que se queda con pocas cosas. Por esa razón, decidió dar un cambio a su vida y crear «un espacio que me llena y nunca encontré en la calle. Volví al origen, a donde nació mi madre, para buscar mi felicidad y hacer de mi afición, los vinos de Jerez, mi oficio». Grazalema era el destino. Casa Martín, al que añadió el 1920 en homenaje a su bisabuelo, el nombre del bar, taberna, o como ustedes quieran llamarlo, en la Plaza de España de la bella localidad de la sierra gaditana. En cualquier caso, un lugar en el que las prisas no tienen cabida. Lo mejor, sentarse y disfrutar de su autenticidad y sus productos de cercanía.
Sergio Nieto, en la entrada de Casa Martín 1920
La primera vez que visité Casa Martín 1920 fue en junio de 2020. Entonces se cumplía un siglo desde que Pedro Organvidez abriera un café en la Plaza de España. Isabel Organvidez y Martín Menacho , futuro matrimonio, nacieron también en ese mismo año. En 1956 inauguraron el Bar de Martín, dejando atrás la cafetería del padre de Isabel. Sergio Nieto Menacho reabrió Casa Martín 1920 muchos años después, en el mismo lugar en el que sus abuelos y su bisabuelo iniciaron sus negocios.
Ración de jamón
En esa primera visita, además, me recibió mi paisano Rancapino Chico en la música ambiente, algo que tomé como una buena señal. Pero quedaba mucho más. Sergio y María Roldán , su compañera de vida, han creado un espacio muy acogedor, en el que los vinos de Jerez, los productos de la Sierra y del resto de la provincia de Cádiz están siempre presentes. Decorado con antiguos carteles y detalles que hablan del pasado del local, su vajilla es también personalizada, obra de Montserrat Hidalgo , madre de María, que ya practica también sus habilidades en el taller. El flamenco, es la eterna banda sonora.
El interior de Casa Martín 1920, en Grazalema
Casa Martín 1920 no tiene cocina, así que a nivel gastronómico no podemos esperar grandes elaboraciones ni nada parecido. Tampoco hacen falta, ya que esa no es la intención, aunque Sergio dice que «esto es un poco estilo taberna antigua , introduciendo elementos de abacería y tratar de presentarlos como si fuera un estrella Michelin». Para ello cuenta con los platos de Montserrat que, por cierto, están libres de plomo y cadmio.
El Gramona III Lustros
En el bar, abacería, taberna de Sergio, también se bebe muy bien. Los vinos jerezanos son los protagonistas, también los andaluces, aunque hay sorpresas como el Gramona III Lustros , de la bodega catalana del reciente y tristemente fallecido Xabier Gramona. Bodegas como El Maestro Sierra , Valdespino, Cayetano del Pino , Fernando de Castilla, González Byass, los Insensatos de Córdoba, o Barbadillo, conforman su carta, aunque seguro que Sergio guarda algunos tesoros más bajo la barra…
Tomate con sardinillas
Su carta, decía, se basa en productos fríos como los quesos artesanales de La Pastora de Grazalema, con leche de cabra payoya, o los ibéricos locales. Entre ellos, la carne mechada de Benaoján , localidad malagueña pero incluida dentro del Parque Natural de Grazalema. Productos de la huerta, como los tomates rosas , se mezclan con conservas barbateñas de Herpac o las gallegas de La Brújula. El atún de Petaca Chico , en sashimi o en tartar, con la reconocida calidad de los productos de la empresa pescadera de Conil.
El oloroso de El Maestro Sierra
Los martinitos son molletes pequeños de Grazalema, rellenos de diversas maneras. Con carne mechada o queso semi curado y aceite de oliva virgen extra 1948 Oleum; atún ahumado de Barbate; morcilla de Grazalema, o sardinas anchoadas.
El atún, en uno de los platos de Montserrat Hidalgo
Y aunque no hay cocina, sí que hay platos calientes, como la tosta de chicharrones Jabugo, queso artesano fundido y orégano , y las cazuelas calientes de barro, con pisto ecológico, huevo de campo y queso de cabra payoya, alcachofas con papas o garbanzos con acelgas, entre otras.
Chicharrones con queso fundido y orégano
Casa Martín 1920 puede ser un lugar para almorzar o cenar, o solamente de paso para probar algo y abrir el apetito. Por esa misma razón, resulta difícil decir cuánto cuesta comer allí. En nuestra visita, superó los 25 euros por persona, pero si va con la intención de picar, puede pagar entre cinco o diez. El producto es bueno, los vinos también, y la atención de Sergio y el ambiente que allí genera son, sin duda, buena parte del encanto que encierra esta taberna moderna , que mantiene rasgos de su sabor añejo y de la tradición de más de un siglo de historia revestida en un espacio más actual.
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