Sevilla
Petaca Chico y Williams & Humbert conquistan Sevilla en una llamativa cata maridada
El evento, conducido por Pepe Ferrer, tuvo lugar en la Antigua Abacería de San Lorenzo de la capital andaluza
La provincia de Cádiz desembarcó en Sevilla con dos de sus productos más emblemáticos a nivel internacional, como son el atún rojo de almadraba y los vinos del Marco de Jerez. se dieron la mano en una cata maridada en la Antigua Abacería de San Lorenzo de la capital hispalense, con Pepe Ferrer, Embajador para la Gastronomía del Consejo Regulador, como maestro de ceremonias.
Los platos presentados fueron cocinados por el equipo de cocina del establecimiento de Ramón López de Tejada y Mari Carmen Vázquez . Ramón fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes, alrededor de la veintena, y de dar paso a Pepe Ferrer, que fue presentando cada plato y el vino que le acompañaba.
Ferrer destacó el carácter gastronómico de la provincia gaditana , diciendo que «hablar de atún rojo de almadraba y de vinos de Jerez es hablar de Cádiz, y este es un encuentro que habla del territorio y que recuerda el eje cultural y culinario que siempre ha habido entre Cádiz y Sevilla».
Para la bienvenida, en vez del vermú, tan de moda últimamente, se optó, como no, por un vino de Jerez. «Frente al vermú, que tiene su origen en un vino de dudosa calidad, y que para darle cierto lustre se le añaden hierbas y especias, aquí tenemos un vino con una crianza noble , de unos seis o siete años, en una copa a la que le podemos poner hielo y naranja porque de lo que se trata es de disfrutar. Se trata de un coupage, un varietal predominante de uva palomino, con el oloroso, y Pedro Ximénez».
El almuerzo
Ya en la mesa, comenzó el almuerzo, con una tradicional gilda en la que se sustituyó la anchoa por descargamento de atún. Para beber, un bloody sherry , guiño al famoso cóctel de nombre similar. En lugar de vodka, amontillado de quince años. Apuntó Pepe Ferrer que, en ciudades como Nueva York o San Francisco, los cocteleros están sustituyendo los destilados por vinos de Jerez.
El siguiente pase fue doble en cuanto a comida, ya que estaba compuesto por chicharrón con manteca al pimentón , por un lado, y descargamento marinado con aceituna negra , por otro. El vino, Finolis, un vino en rama «que no ha pasado por una estabilización con carbón activo, que suele hacerse para darle color al vino. Tal como está en la bota, con un pequeño filtrado, se embotella. De momento, no está amparado por el Consejo Regulador porque no cumple uno de los requisitos. Pero es un vino que habla de las raíces profundas del vino del Jerez, y sobre todo de futuro».
El amontillado Don Zoilo sirvió de acompañamiento del alcaucil relleno de atún , concretamente de la parte del plato. Los tradicionales chícharos con alcauciles de la época de la Cuaresma, aquí se versionaron por el equipo de la Antigua Abacería de San Lorenzo añadiendo el atún. Fue muy bien acogido por los comensales.
El siguiente pase correspondió a una carrillada de facera de atún en caldereta, para la que Pepe Ferrer eligió el oloroso Don Zoilo . El fino del mismo nombre acompañó al potaje de alubias verdinas con costillas de atún , mientras que como postre llegó un plato que muchos comensales pidieron a Ramón que incluyera en su carta.
Se trata de una falsa torrija de queso azul y costilla de atún , también muy aplaudida por los asistentes. Con ella llegó el final, pero Pepe Ferrer tenía una sorpresa para el brindis, ya que sirvió una copa de brandy con la que se dio por finalizada esta experiencia gastronómica que unió a .
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