Villamartín
Confitería Juan Moreno: historia viva de la pastelería en la provincia de Cádiz
Fundada en 1890, ahora dirigen sus destinos tres miembros de la cuarta generación de la familia
En 2023, la Confitería Juan Moreno cumple 133 años. Luis Moreno García la fundó allá por 1890. Y ahí sigue, en el número 25 de la calle Boticas de Villamartín , endulzando la vida de sus paisanos y de los visitantes, que son muchos, procedentes de distintos puntos de la provincia y más allá.
Dicen que la vida es puro teatro, y precisamente gracias a él, nació la fama de esta confitería, como nos recuerda Santiago Moreno, bisnieto del fundador: “en esa época no había ni cine, ni tele, ni nada, y por los pueblos iban las compañías de teatro. A Villamartín llegó una, con una actriz que tenía un novio madrileño. Luis Cuenca , que así se llamaba, vino a verla, y resulta que era pastelero. Conoció a mi bisabuelo y le enseñó a hacer la crema pastelera . Ahí nació también el rosco blanco . Fue toda una revolución, porque se pasó de los dulces tradicionales, como las pastas, a otra más fina, con la crema pastelera como buque insignia”.
La primera confitería estaba situada cien metros más arriba de la actual, en la misma acera de la calle Boticas. En 1925 se instaló en la ubicación actual, ya con Juan Moreno, abuelo de Santiago, preparando sus dulces con las primeras batidoras y hornos eléctricos. Tras él, tomaron el testigo su padre, Juan, y su tío, Luis.
El famoso torpedo
Ambos fueron responsables del nacimiento de uno de los productos más conocidos de la confitería, que aún sigue siendo la merienda de muchos villamartinenses: el torpedo . Recuerda Santiago que “en los años 60, se empezó a oír que los americanos iban a enviar un cohete a la luna, y por aquí se decía que era un torpedo. Mi padre y mi tío aprovecharon y sacaron un dulce con ese nombre, con forma alargada, relleno de crema pastelera. Desde esa época, era la merienda de los niños y niñas de Villamartín, y hubo épocas, sobre todo en los años 80, en los que se vendían casi mil piezas al día . Fue un auténtico boom, venía gente de toda la Sierra”.
Santiago lleva desde pequeño en el obrador, viendo cómo trabajaban su padre y su tío (que posteriormente se instaló por su cuenta), aunque profesionalmente llegó a la confitería en 1986. Junto a sus hermanos, Laura y Daniel , son parte de la cuarta generación. En total son nueve hermanos. “Cuando yo era pequeño, muchos días teníamos que ayudar en el obrador, uno cada día. Nos levantábamos de madrugada, echábamos una mano, y luego al colegio. Sin duda, eso me enseñó lo que es el esfuerzo, y es que aquí se echan muchas horas”.
El torpedo y la crema pastelera son los productos más reconocidos de la Confitería Juan Moreno. El icónico dulce viene repleto de esa crema, haciéndolo verdaderamente irresistible para los más golosos. Además, en la pastelería hay otros clásicos como los piononos, las rositas, los cuernos o los pitisú, por nombrar algunos. También tiene mucha demanda el vaso del V Centenario , nombre también de una tarta, que se quedó en la oferta de la confitería tras encargarle el Ayuntamiento de Villamartín la creación de varios productos para conmemorar la efeméride del pueblo, en 2003.
“Los fines de semana”, dice Santiago, “tenemos hasta 55 variedades de dulces. Uno de mis mayores placeres es ver la vitrina llena los viernes. Aunque me encanta aún más cuando la veo vacía porque se han vendido”, añade entre risas. Aparte de los clásicos, también hay pastelería más moderna para contentar al mayor número posible de clientes.
Las tartas, por encargo, son también muy demandadas. Precisamente cuando hablamos con Santiago, se encuentra en el obrador preparando decenas de ellas para el fin de semana. “La clásica es esta, rellena de crema y con el canto repleto de fideos de chocolate ”. Con la primavera, también comenzará a servir a los catering con los que habitualmente trabaja.
La Navidad es otro de los momentos importantes del año en la Confitería Juan Moreno. Los roscones de Reyes, de los que vende alrededor del millar, se unen al resto de la oferta típica de esta época: “de la segunda generación heredamos los mantecados, y también hacemos alfajores, turrones, roscos de vino… Solo en mantecados llegamos a los 500 kilos”.
Y ahora llega febrero, el mes del chocolate , algo que llevan haciendo desde hace años. Si usted es choco adicto, sepa que tiene una visita obligatoria durante ese mes. Y si no, seguro que encuentra muchos dulces de su gusto en la Confitería Juan Moreno de Villamartín .
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