Conil de la Frontera
Canela y Miel: de los ‘pasteles raros’ a referente de la pastelería en la provincia tras 10 años
La pastelería de Celia Ramos cumple diez años en pleno centro de Conil el 2 de agosto
Celia Ramos es de Conil, pero nació y pasó sus primeros años de vida en Madrid. De su estancia en la capital española tiene algunos recuerdos. Pocos tan buenos como el del olor que percibía al entrar en las reposterías antiguas. Cuando proyectaba abrir una pastelería, junto a su hermana Marta , quería que oliera igual que aquellas. Hoy en día, diez años después de que la inaugurara un 2 de agosto de 2013 , se siente orgullosa de haberlo logrado en Canela y Miel Conil , ubicada en el número 8 de la calle Gabino Aranda.
En un principio iba a llamarse Miel y Canela, con las iniciales de sus nombres. El de su hermana aparecía primero porque era la mayor. Pero ese nombre ya tenía dueño, así que optaron por darle la vuelta, con lo que su denominación oficial es Canela y Miel Conil , «aunque en las facturas siempre se olvidan del Conil», dice, casi bromeando, Celia.
Pero, ¿ cómo surgió este proyecto de dos hermanas a las que no les unía nada con el mundo de la pastelería? «Mi padre sí se dedicaba a la restauración, y nosotras sabíamos que eran un trabajo sacrificado y duro. Las dos teníamos nuestros trabajos, pero decidimos montar algo relacionado con la alimentación. Este local era de mi padre, se quedó libre y entramos nosotras».
Otra pregunta que surge es ¿por qué eligieron una pastelería? Celia añade que «en Cádiz no ha habido mucha tradición de pastelería. Y yo tenía ese recuerdo de Madrid. Quisimos hacer algo diferente que no había aquí. En su momento fue muy arriesgado. De hecho, éramos las de los pasteles raros , que nos llamaban. Pero, en realidad, yo no soy nada vanguardista. Me gustan las cremas buenas, las natas bien hechas, frutas de temporada… Lo que sí pasa es que yo tengo más cuidado con las presentaciones, con la decoración. A veces entro en pastelerías, veo pasteles rotos y no me explico por qué no lo retiran de la vitrina».
Inicios
Su hermana Marta ya vivía entonces en Nueva York, así que Celia se quedó pronto al frente del negocio. Ella, durante cinco años, compaginó Canela y Miel con su trabajo como topógrafa en la construcción, ya que es ingeniera. «Tras 18 años, el título ya lo tenía amortizado», dice entre risas. Como pastelera, tardó en ponerse la chaqueta y fue formándose en masterclass y distintos cursos. «Y, sobre todo, observando. Paula Pérez, de Puerto Real, fue la que nos enseñó la pastelería francesa, y después he contado también con buenas pasteleras de las que he aprendido mucho. A mí la pastelería me embrujó, y no me puse la chaqueta desde el principio por respeto a las profesionales. Yo observaba mucho, y eso es algo que le aconsejo a toda persona que entra aquí a trabajar. Yo me considero una pastelera de corazón».
Celia añade que se siente «orgullosa de haber estado mejor cada año de esta década que llevamos. No nos hemos estancado y siempre hemos ido introduciendo productos nuevos para que Canela y Miel Conil funcionara». Aunque empezó más afrancesada, ahora les gusta resaltar la bollería, las galletas o los bizcochos, lo que podríamos denominar como parte seca de la pastelería. «La bollería, con harina y mantequilla buenas, es una maravilla. Es lo que más me gusta. Hace unos días me comí un croissant, que hacía tiempo que no lo hacía. Me acordé de la primera vez que probé uno francés, y es que, desde ese día, soy incapaz de tomar uno industrial».
Entre sus productos más demandados destaca el Espectacular , un pastel al que le dieron los nombres los propios clientes a través de una iniciativa puesta en marcha a través de las redes sociales. Se trata de una pieza de chocolate con una capa crujiente de avellanas , y es el que más se vende en Canela y Miel . «El resto, está muy igualado. Si hacemos el cómputo a final de año, las ventas son muy similares, porque el público también es variado y pide de todo. Los mismos pasteles, también los hacemos en tarta, por encargo».
Canela y Miel Conil cierra los martes por descanso. El resto de días, abre de 9:30 a 15:00 y de 17:00 a 21:30, aunque sábado y domingo no cierra a mediodía. «Porque esa es otra cosa que nos llamaba mucho la atención, a mi hermana y a mi, cuando comenzamos. Nos gustaba comernos el postre después de comer, pero las pastelerías en Conil abrían a las seis de la tarde, ya para la merienda. En invierno, con público más local, hay quien viene a las tres, pero luego están los de la segunda meriendilla, como les llamo yo, que vienen sobre las siete».
Los dulces de Canela y Mie l también llegan a cáterin, eventos y restaurantes. De estos últimos, pocos, porque Celia prefiere trabajar con el cliente final. En tienda, ofrece la repostería fría, con mouses, cremas, muselinas y demás, y bollería diversa, también con galletas o los ahora tan de moda croissant rolls. En Semana Santa prepara sus torrijas, «aunque para los puristas de las torrijas, no lo es. Es una tostada francesa, pero sabe a torrija. No va frita porque nosotros no freímos nada. Y en Navidad, tenemos los roscones de Reyes».
Para terminar su conversación con GURMÉ Cádiz , Celia Ramos nos presenta a la pasta de Cádiz . Sin tener todavía la etiqueta ni el envase definitivo, ya se vende mucho. «Llevamos dos años presentándonos a un concurso en el que se elige la mejor pasta de té de España. Aquí no hay costumbre de pastas de té, pero a mi me encantan. El segundo año hicimos, podríamos decir, un híbrido. Hacemos la masa de pestiño horneada, y yo digo que es un pestiño abrazado a un mazapán. En el concurso quedamos fatal, pero para mí ha sido un éxito por las ventas. Lleva fruta escarchada, crema de boniato, y es como comerte Andalucía en un bocado, con el aroma de la matalahúva del pestiño».
Ya saben, si quieren probar la pasta de Cádiz, o algún otro de los productos de Canela y Miel Conil , está en el número 8 de la calle Gabino Aranda. Su teléfono es el 956 11 34 32, y el móvil, con servicio de Whats App, es el 637 57 38 65.
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