Casa Flores, el regreso de un mítico de El Puerto

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Febrero de 2014 fue un mal mes para la restauración en El Puerto de Santa María. Casa Flores, restaurante mítico de la localidad, cerraba tras casi cuarenta años de servicio. Han pasado ya más de seis años, y aunque en 2019 ya hubo un intento por recuperarlo, no ha sido hasta ahora cuando Álvaro Flores, hijo del fundador, Paco Flores, va a abrirlo de nuevo. Será el viernes 17 de julio cuando vuelva a recibir a sus clientes, que encontrarán un local muy distinto pero con la misma calidad en los productos que tanta fama dieron al restaurante ubicado a un paso del Guadalete.

Junto con otros tres socios, Álvaro, que será el gerente y cara visible del grupo, vuelve a un lugar que conoce al dedillo.

Entre 2002 y 2014 ya se hizo cargo de la gerencia y la sala del restaurante de su padre. “Yo esto lo hago, en un 99 por ciento, por la memoria de mi padre. No es un trabajo más para mí, es el proyecto de mi vida”, afirma.

Y para ponerlo en marcha ha sido necesaria una gran reforma del edificio, de la que se ha ocupado la empresa Constructores y Diseños Industriales Andaluza. Jorge Fernández, su responsable, también ha visto este trabajo como algo más que un simple proyecto, y es que su padre ya hizo la reforma de Casa Flores en 1995. “Mi padre hizo entonces la ampliación comprando el local de al lado, ambos eran muy amigos y esto seguro que a Jorge también le provoca muchos sentimientos porque tiene grandes recuerdos aquí”.

Álvaro Flores, hijo del fundador, será el gerente de Casa Flores.

La idea para el nuevo Casa Flores, continua su gerente, “era hacerle un lavado de cara, porque el restaurante era bonito pero decorativamente se había quedado obsoleto. Las tendencias ahora son más limpias, con mucho blanco. Por eso contratamos a la decoradora María Covarrubias, MC Lighting Projects, que es especialista en iluminación”.

María detalla que “la intervención en el interior se ha realizado con materiales naturales como el revoco de cal, el barro, la cerámica, y fibras naturales. La idea es generar un espacio alegre y bonito, recordando a interiores de navíos, incluyendo el metal. Una actuación que se muestre limpia y sencilla, que conecte el interior del edifico con su fachada exterior”.

Iluminación

Con la iluminación como punto fuerte del proyecto, se han realizado instalaciones de luz a medida, filtrando y reflejando la luz en materiales cálidos generando así una atmósfera acogedora. Una de las cosas que “llamarán la atención es dibujar con luz el alzado de la fachada del emblemático edificio, resaltando la marquesina para que su conjunto quede dibujado en la noche, respetando siempre la arquitectura de la fachada del edificio”, concluye la decoradora.

Promocionar la provincia de Cádiz y los pueblos costeros es uno de los objetivos, y eso se hace patente en la decoración con “guiños a los pueblos marineros de la zona, con la cal o muchos detalles de barcos como las chapas con remaches. En la barra, además, ponemos una serie de espejos que recuerdan a las branquias de un pez. Son cosas sutiles, porque no queremos resultar recargados”.

Las instalaciones de Casa Flores también se han visto ampliadas con la reforma. En la parte baja habrá un par de reservados y la sala grande, con la barra, en la que entrarían alrededor de 15 mesas. En la parte superior “hemos habilitado una terraza con suelo del siglo XIV rescatado de un palacio. Ahí serán una docena de mesas. Podrían ser más, pero queremos diferenciarnos y vamos a tener mesas de 120×120 centímetros cuando lo habitual es de 90 o 100?. En la terraza, con vistas al río Guadalete, también se potenciará el café y las copas durante las tardes hasta la hora de la cena.

Vender experiencias

Añade Álvaro que la intención de los propietarios es que el cliente vea que “este no es un sitio para vender comidas, queremos vender experiencias. Desde que llegas al aparcacoches y entras al restaurante. Hemos buscado todo para sea agradable a la vista, al tacto, al oído”.

Lo que no cambiará será la calidad del producto. A nivel gastronómico, “vamos a estar a la altura del Casa Flores de mi padre, he buscado proveedores muy exclusivos para productos como las anchoas, el marisco gallego o las almejas de Carril. Nuestra filosofía es producto, género y calidad. Mi padre iba a la subasta de pescado y cuando entraba el género bueno, la gente ni entraba en la puja porque sabían que eso era para Flores, pagaba lo que hiciera falta para llevarse lo mejor. Vamos a hacer lo mismo, tendremos a una persona que vaya de madrugada al puerto, por la noche le diré lo que necesitamos y lo traerá”, dice Flores.

El gerente de Casa Flores en la nueva terraza con vistas al río Guadalete.

El pescado y el marisco seguirá siendo la especialidad de la casa. Pero las carnes también ganan protagonismo. El gaditano Agustín Delgado será el jefe de cocina, y cuenta que en la carta “tendremos, además de los pescados y mariscos, el chuletón de vaca madurada, chuletillas de cordero, lomo alto de vaca simental madurada durante 40 días y un solomillo de novilla brava de la ganadería de Juan Pedro Domecq. También tendremos tres elaboraciones con atún, arroces y dos clásicos como el taco de urta a la roteña con langostinos y la corvina en amarillo en sobreusa con almejas y gambas”.

Cocina y sala

Agustín comenzó con 16 años en El Faro de Cádiz, pasando también por el Hotel Atlántico. Antes de llegar a Casa Flores se encontraba en Budapest, y ahora en El Puerto coincidirá con el jefe de sala, Miguel Pérez Gray. Canario, aunque afincado en Sevilla desde hace 17 años, Miguel proviene del restaurante sevillano Río Grande, habiendo pasado ya por muchos sectores de la hostelería.

En su llegada a Casa Flores, dice que “el restaurante mantiene la línea de producto y calidad de antaño, si bien el servicio tiene que adaptarse. Será muy discreto, silencioso. Casa Flores no es una cervecería, es un servicio de alta calidad donde el cliente se va a sentir muy bien atendido. Queremos que viva una experiencia única desde que llega“.

El cantante Julio Iglesias, fotografiado en Casa Flores.

Álvaro Flores contará, además, con la ayuda de Juan Navas, su antiguo jefe de cocina, “que entró de pinche con mi padre. Él no puede trabajar, pero nos echará una mano porque quiero que el cliente que venga buscando unas almejas a la marinera como las de antes, las pueda pedir y que sepan igual. Juan le explicará a Agustín todo lo necesario para que todo sea igual”.

La carta de vinos también será muy importante para Casa Flores. Reconoce su gerente que piensan llegar a las 500 referencias, si bien al principio contarán con la mitad. “Luego ofreceremos vinos más complicados, de moda o emergentes. Al igual que con la comida, queremos que el vino de Casa Flores solo lo puedan encontrar aquí. Tenemos que diferenciarnos para buscar nuestra clientela”. Los vinos del marco de Jerez tendrán un papel principal, así como otros productos de la zona como la ginebra Gipsy Gin.

Regresa Casa Flores y lo hace con mucha expectación. Hasta el fin de semana, lo hará solo con la carta de tapería, “hay producción por hacer y dicen que no hay dos oportunidades para una primera impresión, así que abriremos para que la gente nos conozca y sepa que estamos disponibles”, concluye Álvaro.

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