La Azotea de María, el encanto de cenar bajo las estrellas de Conil
A día de hoy se podría decir que no descubrimos nada nuevo si decimos que Conil lo tiene todo . A sus productos de altísima calidad , tanto del mar como del campo , se suma un encanto especial que contagia a todo aquel que pasea por sus callejuelas blancas con olor a mar .
En una de esas calles estrechas, en la calle Cádiz , que se convierte en un auténtico hervidero de gente durante los meses de verano, se ubica un coqueto restaurante donde todo confluye para dar como resultado un lugar de visita obligada para disfrutar con los cinco sentidos.
Uno de los rincones más acogedores en la planta baja del restaurante.
La Azotea de María es uno de esos restaurantes en los que te encuentras como en tu propia casa , con un trato amable y familiar , un entorno mágico y acogedor y una cocina sencilla, pero bien elaborada , donde el producto se muestra en todo su esplendor .
En su cocina es fundamental la calidad del producto. En la imagen, aliño de ventresca de atún rojo.
María Triana y Cuqui González son madre e hija , ambas muy ligadas al mundo de la hostelería desde hace años . Cuqui, tras haber regentado un restaurante en Sevilla, se mantuvo unos años apartada de los fogones hasta que en 2011 abrió La Mejorana , un pequeño local que pronto se hizo un hueco entre los grandes nombres de la gastronomía conileña gracias, entre otras cosas, a la calidad de su cocina . Mientras tanto, su hija María había estudiado Dirección de Hotel y se encontraba trabajando en el catering del Palacio Municipal de Congresos de Madrid. Tal fue el éxito de La Mejorana que María decidió trasladarse a Conil para ayudar a su madre en el negocio y en el año 2015 , en la misma calle , abrieron La Azotea de la Mejorana . Durante los dos años siguientes mantuvieron los dos restaurantes de manera simultánea pero, finalmente, este año decidieron dedicarse en exclusiva a La Azotea de María , cambiándole el nombre para desvincularlo así del anterior.
Cuqui González y María Triana, madre e hija, son los pilares de La Azotea de María.
La Azotea de María es una típica casita blanca , que cuenta con planta baja y dos alturas , donde su principal atractivo son las azoteas en las que se disfrutan agradables cenas a la luz de la luna , bajo el cielo estrellado de Conil y con el rumor de las olas del mar como telón de fondo. Su acogedora decoración , basada principalmente en plantas y macetas de mil colores , crea una atmósfera muy acorde con el entorno que caracteriza a este rinconcito de la Costa de la Luz .
Su principal atractivo es cenar bajo las estrellas a pocos metros del Atlántico.
En su cocina , donde la mujer es la protagonista indiscutible , se trabaja casi al cien por cien con productos de la zona , aprovechando la amplia variedad gastronómica que ofrece el municipio de Conil . Cuqui compra la materia prima en el mercado de abastos , lo que aporta garantía de calidad tanto en carnes como en pescado fresco y verduras de la huerta cercana.
El equipo de cocina está formado exclusivamente por mujeres.
Su carta se basa en el recetario tradicional, transmitido entre generaciones , con algunos toques actuales , pero siempre respetando el producto para que se pueda apreciar su calidad. María y Cuqui huyen de las etiquetas, aseguran que su tendencia es “ hacer lo que nos apetece en cada momento, siempre y cuando la comida esté buena ”. Así, muestran un concepto sencillo de la cocina donde el secreto está en las buenas combinaciones y el buen producto .
El buen hacer del equipo de sala proporciona un trato agradable y familiar.
De este modo elaboran platos tan tradicionales y sencillos como el entrecot de ternera de La Janda con ajo y perejil , “pero el ajito tiene que estar perfecto y las patatas fritas en su punto justo ” asegura María. “Aquí no somos Ferrán Adriá ni pretendemos ser nada de ese tipo. Nos gusta la cocina, nos gusta comer y nos gustan las cosas buenas , en función de eso, hacemos lo que sabemos hacer lo mejor que sabemos”. Cuqui aporta recetas tradicionales de su familia a las que imprime el cariño propio de una madre que cocina para sus hijos. Así encontramos albóndigas cocinadas al estilo de la Sierra de Córdoba , de donde era su abuela, cocidas en caldo con azafrán y almendras, o la carrillada a la jardinera, con cuatro horas de cocción , para conseguir que la carne se deshaga en la boca.
Entrecot de ternera de La Janda con ajo y perejil.
El punto creativo lo pone María que inventa platos sobre la marcha en función del producto que haya en ese momento en el mercado . Así, una de las sugerencias fuera de carta es una causa peruana, rebautizada como ‘causa conileña’ , elaborada con boniatos morados, crema casera de quesos , entre ellos Payoyo, pimientos asados semisecos y rematada con semimojama de elaboración propia .
La semimojama se elabora de manera muy similar a la mojama tradicional, usando para ello la misma parte del atún como es el descargamento , pero su tiempo de curación en sal y especias es de tan solo 24 horas , quedando una textura mucho más suave que la mojama con todo el sabor del atún rojo de almadraba. Este producto se usa también en una original ensalada de melón creada por María, que hace un guiño al melón con jamón pero en este caso con semimojama de atún rojo, hierbabuena y almendras fritas .
Ensalada de melón con semimojama, hierbabuena y almendras fritas.
Y es que el atún rojo es otro de los pilares fundamentales de su cocina. De hecho, en 2015 ganaron el segundo premio en la Ruta del Atún de Conil , en la categoría de cocina innovadora , con la tapa de lingote de tarantelo de atún rojo con costra de caramelo sobre base de humus .
Su carta ofrece un menú degustación de atún rojo de almadraba donde se pueden degustar hasta cinco platos diferentes de atún y un postre , con maridaje opcional de vinos de Jerez . De igual manera también se ofrece el menú degustación ‘La Azotea’ con cinco platos de la huerta y el mar , culminado con helado de torrija sobre bizcocho de naranja .