Qué comer en Cuaresma en Cádiz: dulces y platos típicos
En esta época del año los productos del mar, las legumbres y los dulces artesanos cobran protagonismo
Barras emblemáticas de la provincia de Cádiz

Durante la Cuaresma, la provincia de Cádiz se llena de sabores que honran la tradición y el arraigo cultural de esta época. Estas fechas tan señaladas han dado lugar a una cocina creativa y llena de matices en todos los hogares, donde los productos del mar, las legumbres y los dulces artesanos cobran protagonismo.
Tanto en los hogares como en confiterías y restaurantes, se recuperan recetas que han pasado de generación en generación. A continuación, te proponemos tres dulces típicos tradicionales y tres platos salados que son imprescindibles en la gastronomía cuaresmal gaditana.
Dulces de Cuaresma: torrijas, alpisteras y bollos de Arcos

Las torrijas son sinónimo de Semana Santa en Cádiz y en buena parte del país. Preparadas con rebanadas de pan del día anterior empapadas en leche o vino, rebozadas y fritas, y luego endulzadas con miel o azúcar, este dulce es una auténtica delicia que transporta a la infancia. En la provincia hay muchas variaciones de esta receta, como la incorporación de vino de Jerez o miel artesanal.
En el caso de las alpisteras son una joya de la repostería tradicional de Sanlúcar de Barrameda. Se trata de unos dulces de masa ligera, frita y glaseada, que durante la Cuaresma cobran especial protagonismo. Su nombre peculiar y su textura crujiente por fuera y tierna por dentro las han convertido en un clásico muy esperado en estas fechas.
En Arcos de la Frontera, el Viernes Santo está vinculado a la elaboración de los tradicionales bollos. Esta delicia está hecha con una masa a base de harina, almendras y aceite de oliva. Estos bollos de Arcos tienen un carácter simbólico y festivo con un aroma a horno y un sabor suave que hacen que sean uno de los dulces más representativos de la comarca en Semana Santa.
Platos salados tradicionales: potaje, tortillitas de bacalao y garbanzos con langostinos

Uno de los platos más característicos de la Cuaresma en Cádiz es el potaje de vigilia. Esta receta está elaborada a base de garbanzos, espinacas y bacalao, representa la esencia de la cocina tradicional: ingredientes humildes y nutritivos, con mucho sabor. Se sirve como plato principal y es habitual encontrarlo en hogares, comedores populares y bares durante estas semanas.
Por otro lado, las tortillitas son una variante deliciosa de las conocidas tortillitas de camarones. Llevan bacalao desmigado, harina, cebolla, perejil y ajo, y se fríen hasta quedar doradas y crujientes. Son perfectas como entrante o tapa, y muy típicas en localidades como Algeciras o San Fernando.
Otro plato tradicional es el guiso de langostinos que combina la textura cremosa de los garbanzos con el sabor intenso de los langostinos. Aunque no tan antiguo como otros platos, se ha consolidado como una receta muy querida y esperada durante la Cuaresma, especialmente en zonas costeras donde los productos del mar son protagonistas. Es un plato que se sirve caliente y bien especiado, ideal para los días más frescos de primavera.
Cádiz celebra la Cuaresma no solo con fervor religioso, sino también con una mesa llena de identidad, sabor y tradición. Estos platos no solo alimentan el alma, también cuentan historias y conservan una cultura gastronómica que sigue viva en cada bocado.