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Cinco tendencias que definirán el futuro del Marco de Jerez
La industria vitivinícola del Marco de Jerez sigue innovando en sus prácticas para adaptarse al mercado y a las nuevas demandas de los consumidores

El Marco de Jerez avanza con paso firme hacia el futuro, combinando tradición e innovación para responder a las nuevas demandas del mercado. La sostenibilidad, la búsqueda de vinos de menor intervención, la recuperación de variedades autóctonas, la evolución del enoturismo y la creciente presencia en la alta gastronomía son las cinco tendencias que definirán el porvenir de esta histórica denominación de origen.
Sostenibilidad
La lucha contra el cambio climático es un desafío ineludible para el sector vitivinícola, y el Marco de Jerez ha adoptado un enfoque sostenible para preservar su legado. Para hacer frente a los desafíos del cambio climático, como el aumento de las temperaturas y la escasez de agua, la región apuesta por una viticultura sostenible que equilibra tradición e innovación. Su enfoque no solo preserva un legado histórico, sino que también proyecta el futuro del Jerez como referente en prácticas ecológicas.
Desde hace siglos, bodegas y viticultores han aplicado estrategias sostenibles, muchas de ellas basadas en conocimientos ancestrales. Un ejemplo es la técnica de aserpia, que permite la creación de piletas en los viñedos para retener el agua de lluvia y optimizar su uso en los meses más secos. Asimismo, la crianza biológica con el velo de flor protege al vino de la oxidación sin necesidad de sulfitos, garantizando un proceso más natural y respetuoso con el medio ambiente.
En los últimos años, el compromiso con la sostenibilidad ha ido más allá de los viñedos. Muchas bodegas han implementado medidas para reducir su huella de carbono, como el uso de botellas más ligeras que disminuyen el consumo energético durante el transporte.
Recuperación de variedades autóctonas
El rescate de variedades históricas es otra tendencia clave dentro del Marco de Jerez. En 2022, el Consejo Regulador autorizó el uso de uvas históricas, que ofrecen nuevas oportunidades ante las cambiantes condiciones climáticas.
La variedad palomino sigue siendo la gran protagonista por su singular relación con los suelos de albariza, pero las bodegas también están recuperando uvas ancestrales como la vigiriega, la beba y el perruno. Estas variedades prefiloxéricas se perfilan como una respuesta sostenible y adaptada a los desafíos del cambio climático, contribuyendo a la diversidad y singularidad del viñedo jerezano.
Vinos de baja intervención
Cada vez más bodegas apuestan por vinos de mínima intervención, apostando por fermentaciones espontáneas con levaduras autóctonas y ediciones especiales de jereces en rama, con filtrados mínimos. Además, se estudia una actualización normativa que permitiría comercializar Finos y Manzanillas sin necesidad de ajustar su graduación alcohólica mínima de 15% vol., permitiendo que la crianza bajo velo de flor determine de forma natural su grado final.
Enoturismo y experiencias personalizadas
El enoturismo se ha convertido en un motor económico clave para el Marco de Jerez. La oferta se amplía con experiencias exclusivas que incluyen catas privadas, visitas a bodegas históricas y estancias en hoteles boutique dentro de las propias bodegas. Además, el informe sobre la demanda turística de la Ruta del Vino y el Brandy del Marco de Jerez señala que el enoturismo es ya el segundo motivo de viaje a la región, solo por detrás del turismo vacacional.
Mayor presencia en la alta gastronomía
Los vinos de Jerez han encontrado un aliado en la alta cocina. Cada vez más chefs y sumilleres apuestan por maridajes creativos con estos vinos, demostrando su versatilidad y su capacidad para potenciar cualquier experiencia gastronómica.
Este auge ha quedado reflejado en la publicación del libro «Beber, comer, amar Jerez», donde grandes nombres de la gastronomía como Ferran Adrià, Ángel León y Andoni Luis Aduriz analizan el impacto del Jerez en la cocina contemporánea y la coctelería.
Estas cinco tendencias reflejan la capacidad de adaptación del Consejo Regulador de la D.O. Jerez y D.O. Manzanilla de Sanlúcar, que mantiene la esencia histórica de estos vinos al tiempo que responde a un consumidor más exigente y consciente.