El Atlético de Madrid se ha colocado a la cabeza de los clubes europeos. Un título fugaz basado en aquello de que lo importante no es llegar -como cuando se ganaba la Liga Europa- sino mantenerse. Esa precisamente es la tarea de Simeone. Buscar las sombras que acechan al equipo, arrojar luzo sobre ellas y prepara el futuro del club colchonero siempre acechado por temas extradeportivos.