El Milan es consciente de la que le espera. Sabedores de la dificultad que suponen los retos en el Nou Camp, nadie en el club rossonero da por ganada la eliminatoria. El equipo de Allegri, que ganó al Genoa a domicilio en el último partido adelantado de la Serie A, es un experto en sufrir. En ese terreno se maneja bien un bloque solidario, trabajador esperanzado. Quizás porque nadie esperaba nade de ellos después de las multimillonarias ventas del último verano, aunque la llegada de Balotelli ha cubierto el hueco de la excentricidad dejado por Ibrahimovic.
La victoria en el Luigi Ferraris no ocultó los problemas del Milan. Tras adelantarse con 0-2 el marcador, los de San Siro acabaron encerrados y sufriendo como si estuvieran ensayando el partido del martes en Barcelona. Apareció en varias oportunidades Abbiati, una viga de 35 años para ejercitar su oxidada elasticidad de cara a la avalancha que se le supone en el Nou Camp.