La FIFA es el máximo organismo del fútbol mundial y cuando impone su autoridad cualquier propuesta acaba convirtiéndose en una exigencia. En esta ocasión, el que ha tenido que dar su brazo a torcer has sido el gobierno estatal de Brasil, que se ha visto obligado por la institución que dirige Joseph Blatter a permitir la venta de bebidas alcohólicas en los estadios durante el Mundial de 2014.