En julio de 2003, tras un amistoso en Lisboa, los pesos pesados del Manchester United le pidieron a Sir Alex Ferguson que contratara a un joven extremo de 18 años que les había vuelto locos ahoras antes sobre el césped del Jose Alvalade. El mánager escocés tomó nota y semanas después, el 12 de agosto, y tras abonar 15 millones de euros, presentó a Cristiano Ronaldo en Old Trafford.
Con el '7' que habían portado mitos 'Red Devils' como George Best o Eric Cantona, Cristiano aterrizó en Manchester con la difícil labor de sustituir a David Beckham, traspasado aquel verano al Real Madrid. Cuatro días después, un imberbe Cristiano saltó al césped del Teatro de los Sueños ante el Bolton y su vida, y la del fútbol, cambiaron para siempre.