El ‘piscinazo’ de Santi Cazorla ante el West Bromwich, que engañó al árbitro para que pitara un penalti que terminó transformando Mikel Arteta, alimenta la mala fama de los jugadores extranjeros en la Premier y sirve como ejemplo para quienes sostienen que los futbolistas foráneos han pervertido el espíritu histórico de la competición.
Uno de ellos es el entrenador del Manchester United, Alex Ferguson, quien dijo a principios de octubre de este año que el aumento de los engaños y los ‘teatros’ en la Premier se debe, mayoritariamente, a los jugadores extranjeros llegados a las islas.
