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Puerto Sherry y el origen de su éxito
Valle de la Riva, presidenta de Puerto Sherry y de la Fundación Vela Clásica de España
Nuestra protagonista de hoy es Valle de la Riva Leiva, presidenta de Puerto Sherry y de la Fundación Vela Clásica de España. Cuenta que cuando le pregunta de donde es, dice que de Córdoba, aunque si la cuestión es en donde nació responde que en Castellón de la Plana ya que coincidió con que sus padres vivían allí por el trabajo de su progenitor, su primer destino como Abogado del Estado, pero la realidad es que muy pronto, cuando ella tenía nueve meses se fueron a la ciudad de los califas.
Desde muy joven Valle se enamoró de El Puerto de Santa María cuando a finales de los 70 iba en vacaciones con una íntima amiga suya de Sevilla que tenía casa en Vistahermosa, sobre todo en las de Semana Santa. «Aprovechábamos para ir en esa época porque así nos poníamos morenas para la feria», cuenta con humor. Reconoce que siempre le gustó esta zona y que cuando se casó con Perico Bores le propuso empezar a veranear ahí y fue ella quien le enseñó este lugar en él que encontraría tantas posibilidades. Otra de las cosas que le transmitió nuestra protagonista a su marido fue la afición por el mar y por los barcos, algo que a ella le venía de niña cuando pasaba sus veranos en Benicàssim. «Cuando llegamos a El Puerto le propuse chartear uno, pero al final lo compramos, uno de vela y así empezó nuestra andadura con este bonito deporte, saliendo a navegar por la Bahía de Cádiz, que es un campo de regatas espectacular», explica.
Valle había estudiado derecho y cuando su marido adquiere Puerto Sherry en un momento en el que se encontraba completamente hundido y quebrado, ella se pone al frente de la situación jurídica como abogada. Así empezó a implicarse con el proyecto en el que siempre tuvieron grandes expectativas. Pedro fallece de repente en un duro accidente y Valle que conocía a la perfección todas las brillantes ideas que tenía su marido en la cabeza decide seguir trabajando por ellas, por hacerlas una realidad. Considera que es un proyecto precioso y siente que tiene que cumplir el legado que le había dejado Bores ya que Puerto Sherry lo merecía. «Perico no paraba nunca de pensar», afirma.
La abogada y empresaria jamás tuvo entre sus planes gestionar un puerto deportivo y más siendo de Córdoba, pero reconoce que es una persona positiva que se apasiona con lo que hace y quizás esas cualidades de su personalidad son las que le han ayudado a poner a Puerto Sherry entre una de las mejores marinas de Europa. «Yo siempre digo que soy empresaria de pacotilla, pero nunca rehúyo de los retos, cuando llegan, me remango y digo para adelante. Puerto Sherry ha sido mi proyecto más difícil y a la vez el más bonito por lo gratificante que es ver las ideas hechas realidad», asegura.
Cuenta Valle que a través de la marina de Puerto Sherry buscan poder fomentar la formación de los jóvenes porque son el futuro de la vela y de que pueda seguir habiendo puertos deportivos es por ello que desde la empresa se ha desarrollado una parte social para ayudar a este colectivo.
Hace unos días se celebró en Puerto Sherry uno de sus acontecimientos más importantes, la Semana Clásica una cita que formó parte del programa conmemorativo del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo y donde se pudieron ver barcos de Época, botados con anterioridad a 1949; Clásicos, botados entre 1950 y 1975; Retro, botados con anterioridad a 1993; Mini-Clásicos, de eslora inferior a 7 metros, y Espíritu de Tradición. Explica Valle que esta idea surge de su marido, que buscaba darle al puerto deportivo un elemento diferenciador de otras marinas. «Él lo tenía todo organizado y hablando con la Real Fundación Hispania para cedernos el uso del Hispania y el Giraldilla. A raíz de ahí, Perico fue a Mónaco en septiembre de 2011 y llegó a un acuerdo con el Yatch Club de que la Semana Clásica de Mónaco sería en los años impares y en Puerto Sherry la haríamos en los años pares», explica la empresaria. Esta era una de las grandes ilusiones que tenía Perico. Todo esto estaba ya cerrado una semana antes de su fallecimiento por lo que fue Valle quien lo puso en práctica junto a los monegascos haciendo de este evento un encuentro especial para ella. «Yo pensé que, aunque no había ido a Mónaco y no había visto nunca lo que era una regata de barcos clásicos que tiraría adelante», aclara.
Entre esos barcos clásicos se encuentra uno de sus favoritos, el Giraldilla que perteneció a Don Juan, abuelo del Felipe VI. Para Valle es su «niño bonito». En 2018 Su Majestad fue a regatear con ella y su tripulación, formada en su mayoría por su familia, amigos e hijos de amigos en su mayoría andaluces. Explica que era la primera vez que el Rey se subía a ese barco y le sorprendió lo bien que navegaba. «Es una persona espectacular. Profesional, cercano, educado, simpático, con un gran saber estar y un muy buen regatista. Esto fue en Mahón (Menorca), pero esperamos que vuelva a subirse pronto y lo haga en aguas de la Bahía de Cádiz», dice la empresaria.
Puerto Sherry también se ha convertido en uno de los sitios preferidos por los veraneantes portuenses, no solo por su ocio y oferta gastronómica, sino por contar con una maravillosa ubicación para alojarse. Uno de los factores para ello han sido las Suites de Puerto Sherry, otro de los proyectos que Bores tenía en su cabeza y del que Valle quiso hacer una realidad. «Aquello era un edificio que tenía una estructura antigua y que tenía un proyecto de hacer unos 120 o 140 camarotes. Pero el sitio en el que está este enclavado, con esas vistas espectaculares hizo repensar la idea inicial para finalmente cambiarlo a 33 apartamentos de dos y tres dormitorios con una terraza dando al mar. La verdad que ha sido muy bien recibido por lo acogedores que son y las vistas que tienen que te invitan a quedarte en ellos sin necesidad de irte a ningún sitio», explica.
Valle es una persona cercana, simpática, familiar y que le gusta rodearse de sus amigos. Dice que intenta cultivar la amistad porque las personas lo son todo en la vida. Se siente agradecida con el equipo humano que hay detrás de Puerto Sherry: desde la cara más visible hasta el que nadie ve, pero está ahí haciendo que todo funcione, dice que sin ellos esto no sería lo que es. Es inquieta, siempre busca seguir mejorando y con ganas de hacer algo más. No tiene miedo a los retos, al revés, le sobra energía para enfrentarlos. Su hijo Perico lleva algo más de un año y medio viajando con ella en este proyecto y dice estar feliz porque le ha dado un nuevo punto de vista que le ha gustado mucho. Sin duda, Valle es una mujer valiente que en Cádiz tienen un hogar y que disfruta de su gente.
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