Nuevas acusaciones de racismo llegan en el peor momento para la Familia Real británica

Uno de los miembros de la corte se ha visto obligado a presentar su renuncia tras la polémica

La Reina Isabel junto a sus nietos Harry y Guillermo y sus mujeres Catalina y Meghan Gtres

ABC

Madrid

La polémica por los comentarios racistas de una dama de honor de la Reina Camila (75 años) llega en el peor momento para la Familia Real británica, que busca modernizar su imagen tras las acusaciones del Príncipe Harry (38) y la próxima publicación de sus explosivas memorias.

Esta semana, el Rey Carlos III (74) tuvo que forzar la dimisión  de Susan Hussey, de 83 años, después de que hiciera comentarios ofensivos a una invitada durante una recepción en el Palacio de Buckingham.

Hussey fue durante seis décadas dama de honor de la Reina Isabel II y una de sus ayudantes de más confianza, además de amiga del nuevo monarca, quien la designó como una de las tres madrinas de su hijo mayor el Príncipe Guillermo (40) y tras el fallecimiento de su madre se convirtió en una de las acompañantes de su esposa Camila.

Susan Hussey Gtres

Todo sucedió durante una recepción organizada por la Reina en Buckingham con motivo de los 16 días de activismo contra la violencia de género impulsados por Naciones Unidas. Al evento asistió Ngozi Fulani (61), directora de 'Sistah Space' ('Espacio para Hermanas'), un centro de asistencia y apoyo para mujeres y niñas de ascendencia africana y caribeña, víctimas de abusos sexuales o violencia machista.

La polémica surgió cuando Hussey empezó a preguntar ofensivamente sobre sus orígenes a la activista, nacida y criada en Reino Unido. Una conversación que la propia Fulani ha recreado a través de su perfil en redes sociales:

- Susan Hussey: «¿De dónde eres?»

- Yo: «Sistah Space».

- Susan Hussey: «No, de dónde vienes».

- Yo: «Nuestra sede está en Hackney».

- Susan Hussey: «No, ¿de qué parte de África vienes TÚ?»

- Yo: «No sé, no dejaron documentos registrales».

- Susan Hussey: «Pero sabrás de dónde procedes. Por ejemplo, yo viví un tiempo en Francia. ¿Tú de dónde eres?»

- Yo: «De aquí, del Reino Unido».

- Susan Hussey: «¿Pero cuál es tu nacionalidad?»

- Yo: «Nací aquí y soy británica».

- Susan Hussey: «Me refiero a de dónde vienes realmente, de dónde viene tu gente».

- Yo: «¿'Mi gente', señora? ¿Eso qué quiere decir?»

- Susan Hussey: «Oh, ya veo que me va a suponer todo un reto lograr que me digas de dónde eres. ¿Cuándo llegaste aquí por primera vez?»

- Yo: «¡Señora! Soy ciudadana británica, mis padres llegaron aquí en la década de los cincuenta, cuando...»

- Susan Hussey: «¡Sabía que al final daría con ello! ¡Eres caribeña!».

- Yo: «No, señora. Tengo herencia africana, ascendencia caribeña y ciudadanía británica».

- Susan Hussey: «Ya, pero entonces eres...»

«Intentaba realmente que renegase de mi nacionalidad británica», denunció Fulani.

Racismo en la Familia Real británica

Con la dimisión forzosa de la dama de honor de la Reina, parece que el palacio ha aprendido la lección, sobre todo desde el año pasado, cuando el Príncipe Harry y su esposa mestiza Meghan Markle, de 41, acusaron a un miembro de la realeza no identificado de preocuparse por el color de piel de su futuro hijo.

Guillermo replicó: «No somos una familia racista en absoluto», pero Isabel II afirmó que el asunto se trataría «en privado». Tras esto, los medios británicos comenzaron a publicar datos sobre la baja representación étnica de su personal, y la Casa Real admitió que en eso debían mejorar.

Cuando Meghan entró en la Familia Real británica, fue Susan Hussey la encargada de educarla en el protocolo, papel que Hussey también desempeñó para la madre de Guillermo y Harry, la Princesa Diana.

Según un biógrafo, la exactriz estadounidense la rechazó. Ahora, «la risa ahogada que se oye desde California es la de una duquesa que intenta no estallar en carcajadas diciendo 'te lo dije'», escribió el comentarista Trevor Phillips en el periódico 'The Times'. «Una mentalidad que codifica por colores la identidad británica no sólo es desagradable y anacrónica, sino que es inequívocamente racista», agregó.

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