Luis Alfonso Muñoz: «Mi padre quería democratizar el jamón»
Hijo del fundador del Museo del Jamón, fue Míster España en 2007. Ahora es el CEO de la empresa familiar y colabora en televisión
Barra castiza y el ibérico como rey en plena Gran Vía
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Luis Alfonso Muñoz, está a punto de cumplir 38 años, nieto del fundador del Museo de Jamón y CEO de la empresa familiar Marcelo Muñoz e Hijos S.A, encara su misión de innovar la marca conocida internacionalmente y ha vuelto a colaborar en televisión, su hobby. Este joven madrileño decidió presentarse a Míster España en 2007 .«Fui y lo gané porque se debieron equivocar ese año», reconoce entre risas. Entonces empecé a dedicarme a la televisión porque a mí la comunicación siempre me ha gustado mucho. Pero a raíz de ser papá era un mundo cambiante, a veces funciona muy bien y otras muy mal, va por rachas. Entonces pensé que era el momento de retomar mi papel dentro del negocio familiar», explica.
Pero antes de llegar a ocupar un puesto de responsabilidad y desarrollar la parte de marketing y publicidad estuvo muchos años cortando jamón en uno de los locales emblemáticos de la marca, el de la Carrera de San Jerónimo. «He aprendido el oficio, me he rebanado los dedos y se lo que es defenderlo públicamente ante las señoras que van hacer la compra diaria que es una escuela comercial como las que no existen. Mi vinculación con el jamón es de amor, yo llegaba a casa y mi mujer me decía 'apestas a jamón', yo no lo llevaba mal. Todos los días lo como y no me harto», confiesa.
En 1978, su padre, Francisco Muñoz y su tío Luis deciden poner en marcha el Museo del Jamón, que nadie imaginaba que se convertiría en un emblema de la capital. Esa visión empresarial le costó a su padre –tristemente desaparecido- la mayor bronca que le echó su abuelo en toda su vida. «En aquella época a los hosteleros se les llamaba taberneros y no tenían muy buena prensa. Y aunque a ellos ya les iba muy bien con el almacén, mi padre quería democratizar el jamón, que en aquel entonces solo se comía en grandes eventos, era un producto muy caro. De ahí surgió la idea de poner un restaurante sin cocina temático dedicado a esta joya gastronómica, con producto de calidad, pero muy barato para que cualquiera pudiera comerlo. Y como lo abrieron en el paseo del Prado, en ese triángulo de museos, entre el Prado, el Thyssen y el Reina Sofía, estuvo barajando un montón de nombres, pero el que más le gustó fue el de Museo del Jamón. Y cuando se sentó con mi abuelo para decírselo, este estaba malito y pegó un brinco de la cama y dijo 'como te vas a meter a tabernero'. Y afortunadamente se equivocaba», explica Luis Alfonso.
Su misión actual es decidir hacia dónde quieren ir y tener una visión estratégica de negocio. «Es un papel más creativo, de diseño, en el que hay que empezar de cero y a mi es justo el sitio en el que me apetece estar». Estas navidades el jamón asegura ha vuelto a ser el regalo estrella y los locales se han llenado de celebraciones consiguiendo ganancias superiores a las de 2019 por estas fechas, antes de que estallara la pandemia. Por eso han lanzado una original campaña del Museo del Jamón junto a la Plaza Mayor, reivindicando la universalidad del producto con frases originales en diferentes idiomas. También acaba de recibir un premio del distrito de Usera, del que la familia puede decirse han sido embajadores. «Allí se hizo nuestro almacén central, cuando era prácticamente un solar con cuatro chabolas, fue una apuesta arriesgada de futuro. Muchos le dijeron a mi padre que eso no valía para nada, pero él tenía una visión y creyó en la zona. Hoy ha sufrido una reconversión brutal, y nos gusta creer que la evolución del barrio llegó con nosotros».