Irene Rosales, acusada ser la culpable de que Isabel Pantoja no pueda ver a su hijo
Kiko Rivera ha salido en defensa de su mujer asegurando que ella no es la que está detrás de la decisión

Irene Rosales (31 años) está atravesando uno de los peores momentos de su vida después de que el pasado viernes su marido, Kiko Rivera (38), sufriera un ictus por el que tuvo que estar ingresado todo el fin de semana. Desde entonces, la que fuese colaboradora de televisión no se ha separado del padre de sus hijas en ningún momento. «He recibido miles de mensajes [...] pero hoy quiero agradecer a mi mujer que no me ha dejado ni un minuto. Todavía le queda que aguantarme espero que muchos años más», escribió el Dj ha través de su perfil en Instagram junto a una imagen de su mano y la de Irene entrelazadas. Sin embargo, y pese a toda su dedicación y esfuerzos, en esta ocasión la joven no se ha librado de las críticas.
Fue el propio viernes, pocas horas después de que Kiko tuviera que ingresar de urgencia en el hospital, Irene se dirigió a los medios para informar sobre el estado de salud de su marido y dejaba claro que ella era la única que estaba en el hospital como acompañante.
Sin embargo, a lo largo del fin de semana, son numerosos los familiares y amigos que se desplazaron hasta el Hospital Virgen del Rocío en Sevilla para acompañar al artista en este duro trance. Poco importaban el resto de visitas, la prensa que se desplazó hasta allí solo quería saber si su madre, Isabel Pantoja, y su hermana, Isa Pantoja, dejarían de lado sus diferencias y acudirían al centro médico para ver a Kiko. Por lo que se sabe, ambas acudieron a la ciudad andaluza -e incluso la joven se personó en las instalaciones-, pero ni ella ni su madre pudieron ver al Dj por recomendación médica, ya que el impacto emocional que la reunión presencial de madre e hijo podría provocar en la salud del ingresado. «No entiendo por qué se nos dice que mejor no ir a verle porque se altera, pero allí no paran de ir amigos a hacerse fotos», dijo ayer Isa visiblemente enfadada.
La joven no entiende por qué para su madre y para ella existen restricciones que para el resto de personas no: «No le iba a alterar, era simplemente darle un abrazo. No voy a permitir que se cuestione a mi madre, lo está pasando supermal porque ella quiere ir».

Son muchas las personas que culpan a Irene Rosales de esta situación. Piensan que la televisiva es la responsable de que ni la tonadillera ni su hija puedan visitar a Kiko, pues es ella quien toma las decisiones y, para no alterar a su marido, ha pedido a su suegra y a su cuñada que no acudan al domicilio.
Defensa
Ante estas informaciones, el Dj -lejos de mantener la calma, como le recomendaron los médicos- ha estallado en redes sociales para dar la cara por su mujer. «Manda narices que tenga yo que estar dando explicaciones de quién entra o no entra en mi casa. Por favor déjenme descansar y recuperarme. Todavía me funciona la cabeza para tomar decisiones no inventen ni hagan daño después de una situación tan delicada como la que acabo de pasar. Solo soy una persona a la cual le ha dado un ictus respétenme y déjenme recuperarme. Mi madre no va a venir y mi hermana muchísimo menos así que déjenme recuperarme os lo pido por favor», escribió en un storie de Instagram.
Mientras, Irene también ha utilizado su perfil en redes sociales para defenderse de estas acusaciones: «Me da tanta pena tener que leer tantas mentiras... No voy a entrar en absolutamente nada porque mi única preocupación es que mi marido esté al 100%. Pero el tiempo pone a cada uno en su lugar. Cada uno es libre de opinar, pensar y juzgar lo que quiera pero me da mucha pena leer tantas mentiras que no puedo evitar decirlo...».