Harry, un Príncipe «zarrapastroso»: de vestir ropa con taras a tener muebles de Ikea
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¿Cuánto dinero ha ganado con sus memorias?
Un mes después de la boda, Harry y Meghan fueron a cenar a Adelaide Cottage, en el parque de Windsor, la casa familiar donde se habían mudado su hermano Guillermo, su esposa Kate y sus dos hijos. Hasta ese momento ninguno de los recién casados se había quejado del apartamento de Nott Cott en el que vivían. Algunos amigos cuando les visitaban bromeaban con que parecía una residencia de estudiantes, pues son unos terrenos en el palacio de Kensington donde han vivido algunos miembros de la familia real y viven empleados de palacio.
De hecho, bromea Harry a lo largo de sus memorias con que justo delante de su ventana aparcaba el coche uno de los asistentes de su abuela, y lo acercaba tanto que lo dejaba en una especie de penumbra durante todo el día. Estuvo tentado en dejarle una nota en el parabrisas, pero nunca se atrevió para no enfadar a su abuela.
Pero Harry y Meghan sintieron vergüenza ajena durante aquel encuentro familiar. Quedaron maravillados con el papel de las paredes, las molduras en el techo, las estanterías de nogal repletas de colorido y la cantidad de obras de arte de valor que habían colocado su hermano y su cuñada tras la reforma. Les felicitaron y no pararon de alabarles el buen gusto.
Mientras ellos habían comprado unas lámparas en IKEA y recuerda Harry estar muy orgullosos del sofá de ocasión que habían adquirido recientemente en rebajas, con la tarjeta de crédito de Meghan, a través de la web sofá.com.
Vestimenta low cost
Harry vivió en Clarence House con su padre de los 19 a los 28 años. Una habitación que, por cierto, deja caer en el libro que Camila convirtió rápidamente en su vestidor. Por si se arrepentía y volvía. Luego se independizó en Nott Cott. Allí hacía la colada, que secaba encima de los radiadores, se ocupaba de la limpieza, de cocinar y de hacer la compra.
Lo de los radiadores lo recalca porque durante mucho tiempo la prensa decía que vestía como un «zarrapastroso» y ahora él confiesa que si llevaba la ropa arrugada era porque no la planchaba y se la ponía como la recogía del radiador. Y es que cuenta que todos los años recibía una paga oficial de su padre para comprar ropa, pero solo cubría la indumentaria formal. Trajes, corbatas… Incluso llevó unos zapatos que le regaló su padre para reparar cuando se le caían las suelas. Y para la ropa informal del día a día, asegura que iba a T.K.Maxx, un outlet de firmas, donde había mucha ropa de GAP y J. Crew con taras o a precios muy rebajados.
Allí iba 15 minutos antes de que cerrasen con su guardaespaldas y se llevaba todo lo que le gustaba para que no dijesen que era el príncipe zarrapastroso.