APARTAMENTO CON SORPRESA
Te contamos el motivo por el que Sandra Bullock vende este lujoso apartamento
Y lo tiene todo para ser el apartamento de los sueños de cualquiera, pero cuando te contemos el 'problemón' lo vas a entender
Que sí, que sí, que es alucinante, maravilloso, diáfano, moderno, luminoso, lujoso y mil palabras más que acaben en 'oso'. También sabemos que no le harías ascos y que te quedarías ahí a vivir forever, pero como tú no eres Sandra Bullock , no tienes ni idea de lo que significa ser estrella en Hollywood y de que una foto tuya sea el bien más preciado entre los paparazzi de todo el planeta.
Este es uno de los principales motivos que ha llevado a Sandra Bullock a vender este apartamento en West Hollywood: su falta de intimidad.
Y es que como podréis observar en las fotos, al apartamento no le falta de nada y es precioso, pero carece de ese bien tan preciado como es la privacidad que busca la actriz de 57 años.
Este apartamento situado en una de las zonas más exclusivas de Hollywood ya perteneció a Matthew Perry , el mítico Chandler en la serie 'Friends' aunque Sandra como es lógico, lo ha reformado completamente de forma impecable aunque dejando a un lado los 'stores' y las cortinas. Caprichos de diva.
Desde él se pueden disfrutar las mejores puestas de sol de Los Ángeles y además contemplar el océano Pacífico desde su amplia terraza.
Sandra lo adquirió por la friolera de tres millones y medio de dólare s y ahora lo vende por cuatro millones y medio . Todo un lujo si posees 'cash' suficiente para vivir en esta pecera de cristal.
Dispone de dos habitaciones enormes, tres cuartos de baño y el edificio además tiene parking, seguridad todos los días del año, gimnasio, sauna y una piscina olímpica privada.
Otro de los atractivos del apartamento de Sandra Bullock son sus vecinos. Puerta con puerta podrás encontrar a Joan Collins, Sidney Poitier, al empresario musical David Geffen, la cantante Cher, Elthon John, Lindsay Lohan, Courteney Cox o Kelly Osbourne. No queremos ni imaginar las fiestas del vecindario o que Lindsay Lohan pueda acabar llamando para que le dejes un poco de sal, que se le ha acabado. Lo dicho: intimidad, cero.