Broncas, declaraciones polémicas, herencias…
Camilo José Cela y Marina Castaño: los 5 momentos más comprometidos que igual no recordabas
La vida del desaparecido premio Nobel de Literatura ha sido tendencia esta semana
Más allá de la genialidad del escritor, hubo momentos poco afortunados
El martes de esta semana, Marina Castaño la liaba parda. El 17 de enero se cumplían 20 años de la muerte de Camilo José Cela y la periodista y viuda del Nobel se despachaba con un puñado de enemigos en una carta abierta que más parecía un ajuste de cuentas que un homenaje al escritor.
En todos esos años, y también antes, Marina y Cela protagonizaron no pocos momentos dignos de ser recordados. Pero no por la ilimitada genialidad del literato. Estos son los cinco más sonrojantes.
Una unión con muchísimo ruido mediático
La unión de la pareja fue en sí un escándalo. Corría 1991 y el escritor, que se había divorciado de su mujer de toda la vida, Rosario Conde, se unía a Marina, 41 años menor que él (ella tenía 34 años; él, 75) y con la que llevaba varios años de relación. Aquello fue el punto de partida de no pocas polémicas.
El puñetazo a Mariñas
La más famosa y mediática, aquel puñetazo que le propinó el escritor al periodista de la prensa del corazón Jesús Mariñas, en medio de una fiesta en Marbella. Al parecer, el motivo era que Mariñas había contado que la madre de Marina Castaño y suegra de Cela había intentado vender la exclusiva de la boda.
Litigio con el legítimo heredero
Pero no solo eso. El único hijo de Cela, Camilo José Cela Conde, litigó para recuperar la herencia a la que tenía derecho como heredero legítimo. Finalmente, la justicia le dio la razón y tanto Marina como la Fundación Cela le tuvieron que devolver las dos terceras partes de la herencia, estimada en 5,2 millones de euros, además de la propiedad de los derechos de autor.
Acusación de plagio
La cruz de San Andrés, novela con la que Cela ganó el premio Planeta, resultó ser un plagio de otro texto, Carmen, Carmela, Carmiña, de la escritora Carmen Formosa, que al parecer fue otro de los planes urdidos por Castaño junto con la editorial para que Cela obtuviera el premio. La demanda terminó por desestimarse tras la muerte del Nobel, pero hoy todo el mundo sabe que aquella novela nunca debió publicarse.
Malversación
La Fundación Cela comenzó a tener deudas y, más o menos por 2007, Castaño despidió a Tomás Cavanna, su director. Pero al parecer Cavanna tenía intención de irse voluntariamente, por lo que aquel despido parecía una artimaña pactada para que su indemnización fuera mucho mayor. Marina llegó a sentarse en el banquillo de los acusados por malversación.