Cómo se enteró, sus visitas a la cárcel y la traición: Joana Sanz, como nunca antes, sobre Dani Alves

La modelo tinerfeña ha concedido una entrevista en la que habla sin tapujos de cómo han sido sus últimos meses y de su actual relación con el futbolista

Al descubierto el verdadero motivo de la última visita de Joana Sanz a Dani Alves en la cárcel

Joana Sanz y Dani Alves en la Paris Fashion Week de 2018 GTRES

Aarón Espí

El 2023 no está siendo un buen año para Joana Sanz. En enero tuvo que hacer frente al fallecimiento de su madre y unas semanas después a la detención de su marido, Dani Alves, acusado de una presunta agresión sexual en una discoteca de Barcelona. El futbolista fue llevado a la comisaría de Les Cortes para defenderse pero tras sus declaraciones, la jueza vio contradicciones y decretó prisión sin fianza. Durante estos meses, la modelo tinerfeña ha optado por mantenerse alejada, en medida de lo posible, del foco mediático y lo que ha tenido que comunicar ha sido a través de sus redes sociales.

Fue en su perfil de Instagram donde anunció que se separaba del brasileño. «Han sido meses horribles, no los más duros de mi vida, porque he enfrentado muchas tormentas, pero sí que muy oscuros y dolorosos», comenzaba en un escrito antes de abrirse en canal: «Elegí como compañero de vida a una persona que ante mis ojos era perfecta. Siempre estuvo cuando más lo necesitaba, siempre me apoyó en todo, siempre me impulsó a crecer, siempre cariñoso, atento... Me cuesta tanto aceptar que esa persona pudiera romperme a mi en mil pedazos».

Y fue en esas mismas líneas en las que hizo pública su ruptura con Alves: «Sigo y seguiré estando, pero de otra forma. Lo amo y lo amaré siempre, quien diga que el amor se olvida se está autoengañando o no amó de verdad. Pero me amo, me respeto y me valoro mucho más yo a mi misma. Perdonar alivia, así que me quedo con lo mágico y cierro una etapa de mi vida que comenzó el 18/05/15. Doy gracias por las oportunidades y aprendizajes que la vida me da, por más difíciles que sean, aquí está una mujer fuerte que pasa a la siguiente etapa de su vida».

Tres meses después de esas palabras, Joana Sanz ha concedido una entrevista a 'Vanitatis' en la que aborda todo lo que ha sentido esos meses y en qué punto se encuentra su relación con el futbolista brasileño. «Creo que Dani es inocente. Hasta donde yo sé, todavía no ha habido un juicio. No podemos condenarlo antes de que eso ocurra», ha explicado. Y ha contado como se enteró de la noticia: «Yo me entero por los medios de comunicación. Te lo juro. No sabía nada hasta que lo hicieron público. Y así es como me he ido enterando de todo. Me quedé en shock. Y todo me parecía gravísimo. Él entró en prisión sin haber pruebas».

Confía en su inocencia

A día de hoy, Sanz creyendo en su inocencia: «Espero no equivocarme». Además, quiere dejar claro que «conociéndolo, puedo decir que Dani no es una mala persona. Que ha metido la pata con nuestro matrimonio, hasta el fondo, sí. Pero creo que él nunca hubiera hecho eso siendo consciente de que podía perderlo todo. Es demasiado grave». Y ante sus cambios de versión, la modelo piensa «que lo hizo por mí, por no darme otro palo. Cuando entró en prisión, hacía una semana que mi madre se había muerto y supongo que no quería hacerme sufrir más. Creo que no quería contarlo para evitar provocarme más dolor en el peor momento de mi vida».

En cuando a los trámites de divorcio, Joana explica que «me planteo el divorcio porque descubro que me ha sido infiel, pero, a pesar de todo lo que se ha dicho, aún no hemos iniciado los trámites. Seguimos casados. De momento solo es de palabra. Dani y yo tenemos una conversación pendiente porque ha roto unos valores que yo considero que son los que mantienen un matrimonio: el respeto y la confianza». Aunque esto no ha hecho que deje de visitarle en prisión para saber cómo se encuentra.

Eso sí, la situación es complicada: «Lo veo a través de un cristal y hablamos a través de un teléfono. No estamos solos. Son cabinas transparentes en las que, a los lados, tienes más personas que, si hablas un poco alto, te escuchan. Por eso me resulta tan violento y por eso aún no hemos podido hablar de las cosas serias que nos afectan». También recibe llamadas telefónicas, todos los días, del futbolista desde la cárcel: «Es la única manera que tengo de saber que está vivo. Yo no puedo llamarle, ni mandarle un mensaje. Y necesito saber cómo está. Si ha comido, si duerme, si hace ejercicio. Necesito saber que anímicamente está bien, para yo estar tranquila. Me preocupa que está en un sitio donde le puede pasar algo».

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