Los veranos familiares de Ion Aramendi

Al presentador de ‘El cazador’ le gustaba veranear en familia. Hasta los 30 años no hizo su primer viaje solo

Ion Aramendi

Antonio Albert

Verano 2021. Como lleva haciendo desde hace ocho años, Ion Aramendi veranea con su mujer y sus dos hijos en La Manga del Mar Menor, en el apartamento que sus suegros tiene en unas conocidas torres y cuyos vecinos forman una gran familia. Son la cuarta generación de veraneantes y por las pistas de urbanización, cada tarde casi 50 niños corren, gritan y juegan como locos: «Nos encanta verles disfrutar. El verano es para ser felices con la familia, con los amigos, con los tuyos». Este paraíso murciano es como «el pueblito al que vuelves para reencontrarte todos los años con tu gente». Pero lo bueno acaba, y a mediados de agosto comenzará a grabar nuevas entregas del concurso ‘El cazador’ para TVE.

La foto

Verano de 1995. Tomada por su padre en la ‘Zona Maya’ de Port Aventura, la instantánea muestra a Ion (con la camiseta roja, que por entonces tenía 18 años) junto a sus tres hermanos: (de izquierda a derecha) Íñigo (20), Santi (15) y José Mari (22). A Ion le encantaba pasar los veranos con ellos, haciendo deporte y compitiendo con los turistas. Cuando eran pequeños, tenían una roulotte que instalaban en el camping ‘El delfín verde’, en Torroella de Montgri, en la Costa Brava (Gerona). Pero los niños crecieron, rompieron la barrera del metro 84 centímetros y no cabían ni en las tiendas de campaña: «Nos convertimos en cuatro auténticos bigardos». Así que optaron por alquilar un apartamento cercano, aunque seguían apuntándose a las actividades del camping: baloncesto, voley playa… A los Aramendi les encantaba el deporte y competir. Pero, sobretodo, les gustaba ganar. Pero al ver que arrasaban cuando jugaban todos juntos al baloncesto, decidieron dividirse entre los dos equipos enfrentados para darle alguna oportunidad a los ingleses, alemanes y franceses: «Es que les dábamos auténticas palizas y, claro, al final perdía la gracia». Su casa de Donostia estaba llena de delfinitos, las peculiares medallas que se llevaban los ganadores de los torneos de verano. Pero los cuatro fantásticos también se llevaban otros premios: «Había mucho salseo nocturno, se ligaba bastante, incluso las chicas te escribían luego, al acabar las vacaciones… Claro que todo el amor se desvanecía con la segunda carta». Todos los años se acercaban a Port Aventura, el parque que sustituyó sus visitas a Río León, al que acudían cuando eran unos críos. La pasión del presentador por los viajes con su familia queda patente cuando descubrimos que su primer verano en solitario fue a los 30 años: «Pasé del verano al invierno australiano. Fue una experiencia maravillosa, llena de contrastes y en la que aprendí mucho, pero no la cambio por mis veranos con mis padres y mis hermanos. Son irrepetibles, porque luego creces, creas tu propia familia y la vida te lleva por otros derroteros», confiesa el presentador vasco.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación