El último homenaje de Alba a su padre Manolo Santana
Vestida completamente de luto y con unas gafas de sol negras XXL que le cubrían casi todo el rostro, la joven se ha detenido un instante con la prensa para agradecer el pésame
Es una mujer que siempre se ha mantenido alejada del foco mediático, en un discreto segundo plano, pero desde el fallecimiento primero de su madre Mila Ximénez, el pasado mes de junio, y ahora de su padre Manolo , Alba Santana se ha convertido sin quererlo en el objetivo de los paparazzis.
Ayer, la hija pequeña del tenista viajó a Madrid desde Ámsterdam, ciudad en la que reside junto a su familia, para acudir a la capilla ardiente del deportista, fallecido este sábado a los 83 años, situada en la Caja Mágica. Un recinto que acogerá durante el día de hoy a decenas de familiares, allegados y numerosas figuras del deporte español. El féretro con los restos mortales del tenista fueron ayer trasladados desde Marbella -ciudad en la que falleció- hasta el centro de la pista 'Manuel Santana', abierta hasta las 20.00 de esta tarde.
Vestida completamente de luto y con unas gafas de sol negras XXL que le cubrían casi todo el rostro, Alba se ha detenido un instante con la prensa para agradecer el pésame. «Es un momento muy difícil», pues aunque «no tenía comunicación», siempre existe «el cariño» por lo que hbía decidido viajar hasta la capital «para despedirle».
Tan solo seis meses han pasado desde que Alba quedase huérfana de madre y este fin de semana ha recibido el durísimo golpe de la muerte también de su progenitor. Aunque entre padre e hija no existía apenas relación desde que el tenista comenzase su historia de amor con su última mujer, Claudia Rodríguez . Pese los rumores, no se sabe con certeza qué fue lo que enfrió la union paternofilial.
Infancia
Con tan solo dos años fue testigo de la separación de sus padres y por decisión propia de Mila Ximénez, la pequeña se quedó al cuidado de su padre. Es por ello que la tercera cónyuge de Santana, Otti Glanzielus , es para ella como su segunda madre. Alba siempre ha mantenido que recuerda la suya como una infancia «muy feliz».
Cuando cumplió los 18 años se fue a vivir a Suiza y con tan solo 22 se casó con el empresario Aviv Miran , mediante el rito judío, y a día de hoy viven con sus dos hijos en Ámsterdam. «Ha sido una madre diferente para lo bueno y para lo malo. Me gustaría parecerme a mi madre en la libertad con mi hijo, en poder contarnos las cosas abiertamente; en no tener ese miedo de tener que mentirle a tu hijo para que no te juzgue», declaró sobre su madre en 2009.
