Tinet Rubira: «Con Álex Casademunt se va el alma de la fiesta de 'Operación Triunfo'»

Noemí Galera , directora de casting de la primera edición de 'Operación Triunfo', se acostó temprano, como todos los días, y de pronto, en mitad de la noche, le despertaron los mensajes y llamadas para comunicarle la noticia de la muerte de Álex Casademunt . «Todavía no lo he procesado, estoy como en 'shock'». No puede disimular la rabia y la emoción que siente: «¡Es que era muy joven, ¡coño! Con una niña de dos años. No es justo». Noemí no puede olvidar la primera vez que le vio, en el casting de Barcelona, con Gisela: «Tenía un morro, un desparpajo y una sonrisa que lo iluminaba todo. Es que no paraba, todo energía, era un petardo al que le decíamos 'calla ya', sabiendo que no lo podía evitar. Álex tenía el don de contagiar su alegría , de unir al grupo, aunque es verdad que, como a todos, la edad le había asentado. Ha sido un hombre feliz que nos ha hecho felices a todos».

El director de Gestmusic, Tinet Rubira , fue responsable de la primera edición de 'Operación Triunfo'. Se ha despertado ya con la noticia en los medios, pero su primera reacción, como la de Noemí, es de incredulidad: «Es que la muerte no respeta nada. Él no se merecía irse tan pronto, con la vida por delante». Lo dice también por Leticia, la concursante de 'OT 3' que falleció por un cáncer. «Estábamos pensando en cómo celebrar los 20 años del programa y yo me decía, en estos tiempos que corren, basta con que celebremos que estamos todos sanos y vivos. Esto nos deja destrozados porque es un duro golpe de realidad. Con él se va el ama de la fiesta del programa». Tinet insiste en la vitalidad del concursante: «Es que cuando volví a dirigirle en 'Cantamanía', en TV3, seguía igual de alegre, de impulsivo. Tanto él como Roser, que iba al mismo instituto de Álex, somos del Maresme, y eso produjo una química especial. Pero ojo, que eso no significa que se tomara a broma el trabajo: era muy profesional, se estudiaba los guiones. Pero luego llegaba y era el catalizador de la alegría. Ya podría tener cualquiera un mal día, que él lo arreglaba con sus bromas. Y si hablas con cualquiera que haya trabajado con él, no encontrarás a nadie que hable mal de Álex porque era un compañero excepcional».