Tana Rivera conmueve a su padre con su mensaje en televisión

Fran Rivera fue el protagonista de '10 momentos' mágicos en su vida

Tana Rivera presenta a su novio, el empresario sevillano Manu Vega

Cayetana Rivera en un vídeo en el programa de Anne Igartiburu '10 momentos'

ABC

Cayetana Rivera , hija de Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo es a sus 22 años una mujer discreta por lo que ha sorprendido a todos, aunque en especial a su padre, en su primera aparición en televisión. El motivo bien lo merecía y es que el torero era el protagonista del nuevo programa de Anne Igartiburu en Telemadrid, '10 momentos' , un recorrido por la vida de Francisco Rivera en el que no podía faltar su hija Tana, como la llaman cariñosamente.

En un vídeo, la hija mayor del torero recordaba sus largos paseos a caballo con su padre al que está muy unido: «Me encantaba montar a caballo con él y todavía lo hacemos aunque, como diría él, soy una petarda y voy muy poco» y continuaba «me encantaba sentarme con él en la montura y dábamos paseos de horas y, cuando tenía sueño, me daba la vuelta y me quedaba dormida en su pecho y, cuando llegábamos a casa ya me despertaba. Dormía como un lirón porque era comodísimo».

La joven le dedicaba unas bonitas palabras que emocionaban a Francisco Rivera : «Papá, que te quiero mucho, espero que te guste». Tras el vídeo el protagonista relató cómo su hija fue su salvación en los momentos difíciles «cuando me separé y se murió mi madre, quien me sacó de esa oscuridad fue ella». «Tana es una mezcla de las dos familias. Tiene muchas cosas su madre, pero es muy Ordóñez. Tiene cosas de mi madre, es mi madre… Da hasta miedo. Las cosas que hace con el pelo… Y tiene un don de gentes... Da miedo lo que se parece a mi madre» en referencia a la fallecida Carmina Ordóñez a quien también quiso recordar con cariño «yo con mi madre hablaba de todo. Teníamos una relación muy especial», «Mi madre me enseñó a disfrutar de la vida».

Sobre su padre, Paquirri, del que confiesa tener menos recuerdos que de su madre ya que perdió la vida en una plaza de toros cuando él tenía 10 años asegura que «era un niño chico, mi padre era el primero en jugar al escondite. Jugaba el fútbol y no le gustaba perder. Lo que más le gustaba era reírse y una broma pesada le encantaba».

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