Taburete arrasó en Madrid con un concierto que devolvió la ilusión por la música en directo
El grupo reinterpretó las canciones míticas de sus trabajos discográficos y presentó las que se incluyen en su último trabajo discográfico publicado, "La broma infinita".

Llevan cinco conciertos en siete días pero Willy Bárcenas y los suyos, los amos del piano bar, cantan como si quisieran aprovechar que la vida y las restricciones les han dado un respiro. Taburete vistió de una normalidad excitante el teatro La Latina de Madrid con un espectáculo de casi dos horas de duración y cuyos beneficios fueron destinados a tres organizaciones no gubernamentales ("Soñar despierto", "Fundación Laguna" y "Pick Up") que, gracias a la colaboración con Brugal, permiten mejorar la calidad de vida de los más desfavorecidos.
Con un público entregado, que hizo colgar el «sold out» a las pocas horas de que las entradas se pusieran a la venta, la banda hizo un apasionante viaje por sus temas más conocidos y presentó los incluidos en su último trabajo discográfico, "La broma infinita", que fueron interpretados magistralmente por un Guillermo que, a pesar del cansancio acumulado, demostró estar vocalmente ágil y preparado para la nueva normalidad. El directo resultó tan certero que parecía réplica exacta de las grabaciones de estudio. No faltaron hits como "México DF", "Caminito a Motel" o "Madame Ayahuasca" que se alternaron con los nuevos "Calçots y Mangos", o "Venado Tuerto". Especialmente emocionante resultó la interpretación en solitario de "Mamá", con la que Bárcenas grita desgarrado el amor que siente por su madre.
Supo reponerse y agradecer no solo el apoyo de sus seguidores sino también el de los organismos que les están permitiendo recorrer España con una gira que les llevará en próximas fechas a Sevilla, Bilbao o Valencia gracias al trabajo de Voltereta Récords, la discográfica con la que han tocado las estrellas. Como una pequeña familia cosida a risas y experiencias, Taburete demostró una coordinación envidiable que permitió, por ejemplo, disfrutar de un solo de trompeta o saber que, entre el público, se encontraba la novia de Antón Carreño a la que dedicó la canción "Ella".

Sin perder ese aire de banda canalla, cercana, Taburete cerró el espectáculo con un bis reclamado por el público y que fue ejemplo de que la música es más necesaria que nunca. Ni siquiera el uso obligatorio de las mascarillas y la prohibición de levantarse de los asientos impidió que, por un instante, se consiguiera viajar a esos momentos en los que la normalidad era tan rutinaria que pasaba desapercibida .
Como colofón, con un guiño claro a los difíciles momentos atravesados y a las pérdidas contabilizadas por la COVID19, el grupo interpretó "La vida es un carnaval". Porque, como dijo el vocalista antes de despedirse, «por muchas que vengan, podremos con ellas». Y que la música nos ayude.