Sin marcha atrás: La rotunda decisión de María José Campanario y Jesulín de Ubrique
Tras los terribles acontecimientos que han llevado a su hija, Julia Janeiro, a tener que acudir a los tribunales y pedir auxilio
María José Campanario y Jesulin de Ubrique están sobrepasados. Nunca pensaron que vivirían una situación tan extraordinariamente desagradable ni que tendrían que cerrar filas en torno a su hija de una manera tan taxativa. Julia , de dieciocho años, está siendo víctima de una doble persecución: la de los medios, que no entienden que la joven no quiere ser un personaje público, y de la de un ex con interés desconcertante.
Los hechos de los que todo el mundo habla no son tan recientes. No es un juego de niños. Tampoco una trampa orquestada para generar polémica e intrigar a la prensa. Julia , fuerte y temperamental, intenta salir a flote tras meses de situaciones inenarrables. A su lado, como siempre, sus padres buscan soluciones para intentar que todo lo pasado no vuelva a suceder. Lo suyo podría ser tipificado, enunciado o valorado abiertamente pero tendrán que ser los jueces, siguiendo el buen criterio del abogado Antonio Zapatero , quienes definan lo que ya todos conocen en profundidad.
La joven no está sola . Jesús y María José han tendido una red tan solida que ni el peor funambulista correría peligro al andar sobre el alambre. ABC ha podido constatar que, más allá de la preocupación inicial y del desplazamiento a Madrid, el torero y su esposa, madre abnegada donde las haya, están dispuestos a llegar hasta el final para que honor y dignidad queden repuestos en el lugar adecuado. No hay vuelta atrás. Caiga quien caiga. Como persona, pero sobre todo como mujer.
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