Silvia Marsó, destrozada tras la muerte de su madre: «Se llevó mi corazón con ella»
La madre de la actriz ha fallecido a los 91 años
De la peor de las maneras ha empezado el año Silvia Marsó . La actriz, 58 años, ha anunciado esta mañana el fallecimiento de su madre a los 91 años de edad, a la que estaba muy unida. «No puedo contestaros a todos cómo me gustaría. GRACIAS. Vuestro apoyo ante la partida de mi madre me da fuerza para soportar el dolor. Ella estuvo con nosotros, en su casa, tranquila, hasta el último momento…. hasta que se apagó. Pero su luz permanecerá para siempre en mi corazón. D.E.P», dijo en una primera publicación.
Poco después publicó una serie de imágenes en homenaje a su madre: «Cada sonrisa tuya llenó mi alma desde que te mire a los ojos por primera vez. Cada consejo tuyo me ayudó a entender el mundo. Tu voz, tarareando canciones mientras cocinabas me enseñó que un corazón se puede alimentar con la música. Aquellas tardes dibujando con lápices de colores “Alpino” cuando guiabas mi mano con la tuya para que los trazos se convirtieran en mariposas, flores o nubes, despertaron en mi un mundo mágico. Tu amor por los animales, me mostró la empatía y la compasión y el respeto hacia los seres vivos que cohabitan esta tierra. Tu resistencia ante los golpes de la vida, calladamente, perseverando en la entrega hacia tus hijos, nos enseñó que no hay vínculo más férreo y profundo que el de una madre con su prole. Fuiste un espíritu libre en un mundo negado a las mujeres. Tu sabiduría innata no se pudo desplegar en una posguerra triste que te apartó de la escuela. Pero nos llenaste a Armand y a mi de argumentos para ser íntegros, honrados y buenas personas. Nos brindaste libertad cuando debíamos explorar el mundo. Y fuiste nuestro equilibrio, nuestro referente, nuestra calma. Tu ternura infinita, me poseyó mientras te veía envejecer a través de los años. Nunca pedias nada, pero te lo di todo, tu felicidad era mi dicha, tu bienestar mi razón de ser. Ahora te marchaste al otro lado, discretamente, con la misma sencillez y dignidad con que siempre viviste y yo no concibo el mundo y la vida sin ti. Pero... ¿sabes mamá? desde tu partida, poco a poco, voy sintiendo como si habitaras en lo más profundo de mi corazón… a veces creo que me va a estallar y sus latidos me golpean rebelándose…. pero cierro los ojos, imagino tu sonrisa y todo se calma…. aunque el dolor permanezca».
Y ha terminado diciendo: «Y sé que tu luz, aquella que me inspiraba en la vida, que me guiaba en la lucha, que me alentaba ante las dificultades y me llenaba de amor, permanecerá en mi horizonte y guiará mis pasos, como cuando de niña me tomabas de la mano. T’estimo mama i t’estimaré sempre».