Sandra Sabatés: «Mis animales han adoptado el carácter de nuestra familia»

La periodista, que acaba de publicar el libro 'No me cuentes cuentos' sobre diez testimonio de mujeres que han sufrido violencia machista, comparte su día a día con su marido, su hijo, dos gatos y un perro

La periodista Sandra Sabatés junto a sus peludos ABC

Ángeles Villacastín

Sandra Sabatés nació en Granollers, Barcelona. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la universidad Pompeu Fabra de Barcelona, inició su carrera profesional en Localia, Canal Sur y el Informativo territorial de TVE en Cataluña. En el 2007 dio el salto a La Sexta para presentar deportes hasta que, en el 2012, pasa a presentar con Wyoming 'El Intermedio', donde continúa. Su nuevo libro 'No me cuentes cuentos' (Planeta) reúne las experiencias de diez mujeres que sufrieron violencia machista. Este libro se lo ha dedicado a su hijo de once años porque según Sabatés «ellos son el futuro y quienes marcarán cómo hay que avanzar».

Sandra, su nuevo trabajo literario es 'No me cuentes cuentos'. Detrás de este título, ¿hay mucha realidad?

En este libro hay diez historias reales que reflejan diez tipos de violencia de género que sufren a día de hoy las mujeres en nuestro país. Además, he realizado un paralelismo con algunos cuentos clásicos que nos han contado toda la vida y que también muestran este tipo de violencia. Lo que he querido contar es que esta lacra la arrastramos desde hace siglos y no nos la hemos quitado de encima.

Las mujeres que sufren violencia de género, ¿tienen todas el mismo perfil?

No. Y lo puedes comprobar con los testimonios del libro. La violencia de género no es una cuestión de clase social ni de familias desestructuradas ni de ideología política. Es por el hecho de ser mujer.

Aunque queda mucho por hacer, ¿está la sociedad más concienciada?

Creo que ahora somos más conscientes de lo importante que es no callarse y es el objetivo de las diez mujeres que me han contado sus historias. Han querido decir a las mujeres que están en su situación que no se callen y que alcen la voz, aunque cueste. Muchas veces supone miedo y no se quiere reconocer. Ante esta lacra todos tenemos que poner nuestro granito de arena: la sociedad en general, instituciones, administraciones...

¿Este libro también es para que lo lean los hombres?

Hay muchos que son feministas. Cuando hablo de 'No me cuentes cuentos' insisto en la necesidad de que lo lean también los hombres. Ahora vivimos en unos principios y valores machistas y para cambiar la mentalidad, lo tenemos que hacer juntos. Hombres y mujeres. Y es muy importante que lo lean los adolescentes porque vemos datos del INE (Instituyo Nacional de Estadística) en los que la violencia de género ha aumentado un 30% entre menores de edad. Y este tipo de violencia existe por mucho que algunos se empeñen en decir que no.

La violencia de género aumenta entre los menores y muchos empiezan a ver pornografía a los ocho años. ¿Hay que educar a los padres para que eduquen y se responsabilicen de sus hijos?

Es una de nuestras grandes labores. No puede ser que las películas pornográficas sean su base para aprender las relaciones afectivas sexuales. En ellas te enseñan a normalizar el dolor, la violación y la dominación del hombre sobre la mujer. Una de las principales funciones como padres es hablarles de sexo. También tendría que ser labor de los colegios. Tenemos que avanzar en la misma dirección.

Hace una década llegó a 'El Intermedio', ¿le costó adaptarse al carácter tan peculiar de Wyoming?

(Risas). Wyoming cuando menos te los esperas te descoloca y dices: «esto a qué viene». Es muy divertido trabajar con él y es un personaje muy singular.

A sus animales las conocimos durante el confinamiento en sus intervenciones en 'El intermedio'. Dos gatas y una perra ¿Mezclar especies le ha dado problemas?

No. Tuvimos el proceso de adaptación con las gatas y la perra. La primera en llegar fue Mía y cuando apareció Camila tuvimos que enseñarles a estar juntas. Luego llegó Bruna y era una perrita muy pequeña que lo único que ha querido siempre es jugar con ellas.

¿Es la primera vez que ha tenido animales de compañía?

En mi familia siempre hemos tenido perros, gatos... Y quería que mi hijo también creciera rodeado de animales. Mía es la mayor, tiene siete años, y su llegada fue circunstancial. La maquilladora del programa tenía una gata que parió muchos gatitos y yo me quedé con ella. A los dos años, nos acercamos a una protectora que está en Rivas Vaciamadrid y adoptamos a Camila. La perrita llegó hace tres años y fue el regalo de bodas de mi marido.

¿Me puede contar algún secreto de familia?

Sí. Tenemos el momento sofá. Siempre que alguno de la familia se sienta, las tres se ponen encima y se quedan tranquilas. Camila cuando la cojo en brazos se agarra a mi cuello como si fuera un bebé. Cuando le doy los buenos días a Mía y le pido un beso se acerca y pone la cabeza para que se lo dé yo. Al llegar la noche, Bruna necesita que antes de dormirse hablemos un ratito. Yo le pregunto cosas y ella pone carita de entenderlo todo.

¿Ha habido cambio de roles entre ellas?

Hay veces que Bruna se piensa que es gata e intenta hacer lo mismo que ellas. Nosotros nos reímos mucho porque somos tres humanos y tres animales no humanos. No te sorprendas, pero han adoptado el carácter de cada uno de nosotros. Mía es como mi marido: tranquila, relajada. Bruna es como mi hijo: por la edad es muy juguetona, es todo corazón y hace las cosas a lo loco, y Camila es como yo: cariñosa, independiente, le gusta ir a su rollo y tener su espacio.

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