Se rueda la vida de Raphael

El saber cómo se ganó el primer millón. Ahí está la gran clave

Ángel Antonio Herrera

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Lunes

Se ultima una serie rica, exhaustiva y sorprendente sobre Raphael . Es como una gran gira por la vida de Raphael, la íntima y la otra. Se quiere abarcar su vida entera, hasta hoy, en cuatro capítulos, que van de lo documental a lo confesional. A la vuelta del verano lo dará la tele no de chisme, y el trabajo asomará también en foros del cine. Participa la familia, sin llegar al empalago, y una copa de melómanos de la aventura vital de Raphael, desde Enrique Bunbury o Calamaro , hasta Pedro Piqueras , o Iñaki Gabilondo . Yo también he puesto para este proyecto algunas reflexiones sobre el artista, que es un monarca de lo kitch, acaso el último figurón que viene del hambre. Me interesa mucho, en Raphael, no sólo su medio siglo de estrellato, con ser una apoteosis insólita, sino más bien su larga temporada de juventud ante la adversidad del oficio, allá por los sesenta. De un alto artista, como él, dice más, a mi juicio, el momento de ir aupando un nombre que el momento de sostenerlo. Ajusta mucho una biografía próspera, la de Raphael, u otro de tanto vitola, el saber cómo se ganó el primer millón. Ahí está la gran clave. En el primer millón ganado.

Martes

La Infanta Elena Gtres

Dos años y 18 días. Este es el tiempo que la Infanta Elena ha cumplido de jubilada, acaso a su pesar, de la agenda de la Casa Real. Pero ya ha vuelto. El regreso se concreta en el mismo sitio, y bajo la misma causa, que supuso su despedida, en los salones del Palacio del Pardo, y en la entrega de unos premios de Pintura de Centros Escolares. De manera que la Infanta regresa a la que será, quizá, si el Rey le va ofreciendo cierto consentimiento. Yo diría que hay una Infanta Elena antes de Jaime de Marichalar , y otra después. Podría arriesgarse que Don Jaime amarichaló a Doña Elena, que es como escribir que la afrancesó. Hasta entonces, o sea, mucho tiempo atrás, la Infanta Elena era una muchacha a la que los gentíos no adornaban de criatura muy despierta, precisamente, mientras su estampa cargaba una sastrería tirando a equivocada, con todo el escalofriante barroquismo de las bodas latinoamericanas, entre los volantes locos y las sobrefaldas feroces. Pero aquello pasó. Pero aquello se superó. Ahora hay, quizá, una infanta antes de que Don Felipe la apartara del tajo, y otra infanta que es la infanta en curso, de vuelta a faenas de representación. En medio nos ha ido quedando la Infanta del confinamiento, cuando se rompió a cantar ‘Resistiré’, en una conexión de pantalla, con unos amigos. El vídeo se hizo viral. Media España se asomó a aquello, como poco. Era algo así como un pregón de navidad, pero en versión karaoke, y fuera de la fecha. Yo ya veo a la Infanta Elena en esa edad compleja y asombrosa en la que si te miras en un espejo ves a tu propia madre, o padre. Aunque de pronto, le da con alegría al karaoke, vía internet. Ha sido una Infanta apartada, durante un tiempo ancho, del núcleo puro y duro de la Familia Real, pero ella estuvo fija en sus apegos de mujer sentimental, y se fue a ver al padre cuando nadie va a ver al padre. En cuanto a la lámina, usó mucha pamela, y ahora la pamela mejor la lleva por dentro.

Miércoles

Pilar Rubio es un fichaje del Madrid, ahora que no está Sergio Ramos . Pilar Rubio es un fichaje del Madrid que el Madrid ya tenía hecho. Porque se va Ramos, pero aquí se queda Pilar, en la tele, en el Bernabéu de noche de la tele, que es el programa de Pablo Motos , donde ella va a seguir, en la nueva temporada. Fue Pilar la reguapa de consenso, durante épocas, la que más molaba de entre las chavalas de plató que más molan. Y yo creo que lo sigue siendo, todavía, aunque ahora en la tele hace otras cosas, y se emplea en difíciles atletismos de prime time, entre la patinadora del aire y la trapecista del buceo. La conocimos en un programa de la Sexta, a la hora de la siesta, donde gastaba una simpatía de reportera irresistible y un descaro de ojos marítimos. Veo a menudo que la enjuician sin criterios, y la envidian sin argumentos, que es, quizá, el mejor modo de comprobar que esta chica ha triunfado. Ahora dice que se queda. Que del Madrid de la tele no se mueve.

Jueves

Todas las instagramers (qué palabra) de éxito me parecen la misma. Unas criaturas de pulcra lámina que llevan en la cara el estrés inverso de haber trabajado durante la tarde entera en mirarse al espejo.

Viernes

Enrique Ponce se corta la coleta, aunque esperemos que pronto se arrepienta. Lo asegura en un comunicado. Y cierra redes sociales. Ya cunden los reproches a su novia, Ana Soria , a la que no pocos alegres vienen a culpar de la decisión del torero. Me consta a mí justo lo contrario. Ella procura no influir, y desde luego tampoco imponer.

Enrique Ponce Gtres

Desde luego, sí asistimos a un Ponce otro, a una segunda parte de Enrique Ponce que pudiera ser la primera, porque ahora Enrique tiene novia joven como el mes de agosto, cazadoras de universitario, y ganas incluso de cantarnos por lo público unas baladas. Porque sigue pensando en grabar un disco. Igual también se lo acaban reprochando a la novia.

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