Rocío Flores da un golpe en la mesa y desafía a su madre, Rocío Carrasco
Lejos de intentar aprovechar la coyuntura de la relación de su padre con Marta Riesco para acercar posturas, la colaboradora echa mas leña al fuego
No son buenos tiempos para Rocío Flores. La confirmación de que su padre, Antonio David, mantiene una relación con Marta Riesco y que, además, comparten el mismo techo en Madrid le ha provocado serios quebraderos de cabeza. Hace unos días se mostraba muy afectada en el plató de 'El programa de Ana Rosa' donde aseguró no saber nada sobre las andanzas sentimentales de su progenitor. Una afirmación que quedó sobradamente desmentida por diversos compañeros que admiten haberle dado información sobre los avances del impactante nuevo romance.
Los llantos televisivos hicieron que muchos espectadores empatizaran con la joven. La periodista Isabel Rábago confirmó que, incluso Rocío Carrasco, se había visto afectada por la tristeza desconsolada de su hija . Lejos de intentar aprovechar la coyuntura para levantar un puente para acercar posturas, la colaboradora echó mas leña al fuego a su llegada a Madrid. Visiblemente alterada, si hace unas semanas lagrimeaba al confesar que echaba de menos a su madre, Rocío se mostraba más combativa que nunca al referirse a ella como «huracán Rocío Carrasco».
No solo eso, pues recordó que Carrasco había hecho un documental «acusando de un maltrato que la justicia ya se pronunció. El documental es un tema más amplio del que no quiero hablar» y que «estas reflexiones que se hacen mezclando un montón de cosas por lo que conviene. No voy a opinar pero como comprenderéis que me digan el comentario de que tu madre sufre cuando te ve llorar, pues he llorado bastante más durante un año. Ya como hija estoy hasta el gorro».
En esta misma línea, en declaraciones concedidas a Europa Press, Flores dejó claro que «acercamiento con mi madre ahora no va a haber» y dejó claro que, en contra de lo que muchos han podido pensar, no va a haber ningún acercamiento entre Olga Moreno y Rocío Carrasco. Y menos por el bienestar de su hermano: «Que llame a su hijo que es lo que tiene que hacer». Un auténtico desafío.